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Ciclismo
Martín Emilio "Cochise" Rodríguez
"Tomado de El Colombiano"
Febrero 1.999

Campeonísimo
MARTIN RODRIGUEZ.Nació en Medellín el 14 de abril de 1942. Su sobrenombre se debe a que se identificó con el héroe de la La Flecha Roja. Corrió su primera vuelta a Colombia en 1961, que ganó en 1963, 1964, 1966 y  1967. No tuvo suerte en Olímpicos, pero luego fue campeón mundial de los cuatro mil metros persecución en Italia, el 22 de agosto de 1971 y panamericano de la misma modalidad en Winnipeg,1967, y Cali (1971); Centroamericano y del Caribe en Kingston (1962), San Juan (1966) y Panamá (1970); Bolivariano en Quito (1965) y Maracaibo (1970); americano en Medellín (1969). El 7 de octubre de 1970, en México, batió el récord mundial de la hora. En 1973 se hizo profesional en el   Bianchi-Campagnolo con el que ganó en 1973 el Baracchi, regresó en 1980 cuando ganó, por segunda vez, el Caracol de Pista. En 1983 fue agregado cultural en Italia. El escritor Eduardo Escobar es uno de los fundadores del movimiento nadaísta.

Ninguno como él, por el simple hecho de haber conseguido un título mundial y el récord mundial de la hora.

El único doble campeón de esta condición que ha tenido Colombia, país en el que este antioqueńo de 57 ańos sigue siendo el gran ídolo deportivo.

Nació un martes, el 14 de abril de 1942, en el sector de Guayabal -Barrio Cristo Rey- y a los once días quedó huérfano por la muerte de su padre Victoriano, siendo la responsabilidad de la crianza a cargo de dońa Gertrudis Gutiérrez, quien fue la encargada de levantarlo.

Y se levantó tan bien que llegó a ser el mejor ciclista de Colombia, bolivariano, centroamericano, americano, panamericano y mundial. Hizo más de 70 mil kilómetros en competencias alrededor del planeta, habiendo visitado 22 países.

Según el historiador deportivo Tobías Carvajal Crespo, Martín Emilio Rodríguez Gutiérrez cruzó la meta victorioso en 82 ocasiones, ganando etapas hasta en el Giro de Italia cuando militó en la década de los setentas en el Bianchi Campagnolo al lado de uno de los monstruos mundiales de la época, Felice Gimondi.

Su primera victoria parcial en la Vuelta a Colombia la alcanzó el 29 de mayo de 1961, con motivo de la etapa Armenia-Tuluá, siendo apenas un novato. Desde ese día nadie dentro del ciclismo nacional olvidaría ese contagioso apodo de "Cochise" -personaje indígena de una película de vaqueros-, que entre 1963 y 1967 conservaría una hegemonía absoluta al conquistar cuatro títulos y un subtítulo de la ronda.

Aunque no la pudo ganar, dos de sus actuaciones consagratorias las realizó en la Vuelta de la Juventud Mexicana, siendo segundo detrás del local Porfirio Remigio, en 1964 cuando perdió por 11 segundos y en 1967, como escolta del también colombiano Alvaro Pachón Morales, en competencias que tuvieron decenas de corredores europeos y americanos.

El auténtico ídolo que se ha sabido manejar como tal desde sus épocas de gloria hasta el día de hoy cuando con sus libros bajo el brazo sostiene a su familia, conservándose en esa esencia de hombre sencillo, dicharachero y gozón que bien se puede comparar con el desfile de silleteros, porque cuando pasa "Cochise", es Antioquia la que pasa.

Las hazańas
Uno de los más recordados sucesos del deporte colombiano, tiene que ver con "Cochise" Rodríguez, toda vez que el país no contaba en los comienzos de los ańos setentas con un campeón del mundo en ninguna actividad muscular.

La ruta de los éxitos para Martín Emilio se inició con el récord de la hora que logró en el velódromo Agustín Melgar, de Ciudad de México, al hacer un recorrido de 47.566,24 kilómetros, superando el registro de 47.513,69, que estaba en poder del danés Morgens Freys Jenssen, fijada un ańo antes. "Cochise" avanzó 52 metros y 55 centímetros más que el corredor europeo, el día 7 de octubre de 1970.

La persecución
El título mundial de los 4.000 metros, persecución individual, lo conquistó Rodríguez Gutiérrez, en Varese, Italia, en 1971, con motivo del Campeonato Mundial de Pista, en cuya final superó al suizo Joseph Fuchs, con tiempo de 4:53:98.
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Gloria a pedalazos
Tuvo record y campeonato mundiales,
para muchos el ciclista perfecto
.
Por: Eduardo Escobar

Hace tiempos esta Colombia irremediable consolaba los calambres de sus frustraciones perpetuas con unos ídolos menos opulentos y escandalosos que el Pibe o Higuita, más provinciales y discretos. En consonancia con un país más pobre, aunque menos problemático, nuestros héroes no podían darse el lujo de la casa de Asprilla, ni el de sus caballos negros. Más agropecuarios, humildes y rudos, gozaban una gloria más rastrera mientras huían de sus semejantes hacia los infiernos de la fama encaramados en una bicicleta. Pero  como hoy con la selección de fútbol la nación caía en éxtasis mientras duraba la Vuelta a Colombia y el águila negra, el pastuso Arévalo, Justo Pintado Londoño y Honorio Rúa y Cochise Rodríguez cumplían sus hazañas entre Riosucio y Medellín y Yarumal y Cali, por valles, páramos y villas y cañadas.

Antioqueños, boyacenses, santandereanos, pastusos, muchachos campesinos o   de pueblo, nuestros ciclistas conformaban un enjambre sudoroso de dioses a quienes los cronistas deportivos ponían unos apodos pintorescos y ambiguos que nadie sabe si eran elogios

asordinados por la sorna o ironías disfrazadas de piropos, como el escarabajo, o la pulga, que a veces hacían referencia a sus deicios de ganarse la vida como el sastre de Envigado o el panaderito o destacaban sus encantos personales como el ñato Suárez, pinocho, papaya Vanegas.

Para mi gusto, el más grande fue el escarabajo', un marinillo desgarbado y simplote con cara de palo que tiene el honor de figurar en la historia del arte contemporáneo desde cuando Botero le dedicó su Apoteosis de Ramón Hoyos, un hombre con una capacidad para el masoquismo a toda prueba. Recuerdo su fotografía, lleno de sangre, con un collar de arepas después de cada entrada triunfal en Bogotá, donde los rolos lo esperaban a pedradas, aquellos  tiempos de cándidas ojerizas regionales que tal vez constituyeron sin que nos percatáramos un ensayo general de la grotesca masacre de ahora. Sin embargo, los entendidos aseguran que el más completo fue Martin Emilio Rodríguez.

'Cochise', aunque no alcanzó como Hoyos la monstruosidad de ganar cinco  veces la vuelta a Colombia, que tiene fama de ser la más inhumana del mundo, rompió el récord mundial de la hora al correr 47.553 kilómetros en sesenta minutos, ganó el mundial de ciclismo aficionado en 4.000 metros persecución individual, habiendo logrado 4 minutos 53 segundos 98 centésimas, en Italia, y corrió en Brasil y Centroamérica.

 Dicen los que saben que se trataba de un fenómeno. Que fue el ciclista perfecto.Aquellos días los presidentes aprovechaban la vuelta para darse pantalla. Poder y ciclismo iban de la mano. O el manubrio. Rojas entregó a Hoyos su copa de soldado campeón. Rojas entregó a Hoyos su copa de soldado campeón.

Guillermo León Valencia tuvo el honor de dar la largada dos veces durante su mandato. Lleras Restrepo adelantó la partida de una a manera de cortina de humo sobre las sospechas acerca del triunfo de Misael Pastrana en el 70. Al propio Pastrana en el ocaso de su mandato una vuelta por poco se convierte en revuelta. Belisario Betancur dictó un decreto por el cual el ciclismo se declara de importancia nacional y se impone al Instituto de la Juventud y el Deporte la obligación de apoyarlo.

La expedición del decreto contó con la presencia del zipa Forero, ganador de la primera. Y todavía anda dando vueltas por un bosque de escritorios de burócrata tratando de hacer efectiva una ley de la república que lo hace acreedor a una pensión por servicios prestados a la patria.

Hoyos, el ñato Suárez, 'Cochise', pasaron a pedalazo limpio, con callos en las nalgas, de mensajeros de droguerías y tiendas de barrio a ídolos efímeros de una nación de olvido fácil. Pero tuvieron por un instante el honor de ser recibidos por los horribles presidentes y besados por las hermosas reinas. Llegaron a ser tan amados que a veces hasta los poetas caían en desgracia por su causa. El país, es decir las deleznables mayorías, por poco se come al nadaista Gonzalo Arango por el pecado imperdonable de haber dicho en una entrevista que le hizo Cromos, que el corazón de Jesús más feo del mundo estaba en el Barrio Simón Bolívar, carrera 84a No. 37-6 de Medellín, en la casa de Martín Rodríguez Gutiérrez, alias 'Cochise', y que la casa del flamante campeón estaba adornada con unas porcelanas feas pero baratas.

La entrevista del poeta al campeón suele figurar en las antologías del periodismo. Y retrata bien el país que fuimos. De grandes cambios que no consiguieron hacernos más felices. El mundo ha cambiado tantas veces y sigue  tan igual... El país de las reinas, de las triviales esperanzas de siempre, de los presidentes todos tan distintos y todos cortados por la misma tijera, del Capitán Veneno y Venganza y Lamparilla y Efraín González, asesinos artesanales, fue reemplazado por el de los paras de rigor nazi. Otras reinas y otras propuestas presidenciales de oro hicieron el relevo de los sueños. Nuestros ciclistas fueron opacados por otra clase de títeres y titanes. Y sus hazañas por los embrujos técnicos. Los viajes a la luna dejaron atrás sus prodigios de escaladores fabulosos del Páramo de Letras. Los más suertudos, los que se sobreviven, acabaron de dueños de un almacén de tornillos, bicicletas o zapatillas deportivas, como Cochise. Los demás regresaron al anonimato y el asfalto de donde salieron. Del zipa se sabe que aún lucha con su carpeta de papeles por su pensión de dios antiguo en medio del bosque de escritorios de burócratas. De Ramón Hoyos que estuvo envuelto en las oscuridades de un homicidio. Y Tito Gallo es un episodio en la historia de la nación como un grano en la mejilla de un adolescente.

Mientras yo hago de nuevo Píndaro. Y los colombianos se siguen matando igual que entonces. Y hablando de paz. Lo mismo que el año aquel de gracia cuando nació Cochise. Y que el año cuando ganó su primera vuelta. ¿Hasta cuándo? 
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Martín Emilio Rodríguez
Campeón de ciclismo antioqueño (Medellín, abril 14 de 1942). Martín Emilio Rodríguez Gutiérrez es el ciclista más completo que ha tenido Colombia en todos sus tiempos, pues compitió con éxito tanto en las carreteras como en los velódromos del país y del mundo. En 1967, 1968, 1970 y 1971 obtuvo el galardón al mejor deportista del año en Colombia, por su desempeño en uno y otro frente. Conocido popularmente con el sobrenombre de "Cochise", pues en su niñez se identificó con el héroe indígena apache-chiricaua protagonista de la película La Flecha Roja, Rodríguez comenzó a competir como turismero en 1958. En 1961 coronó la Vuelta a Colombia, se ubicó en el sexto puesto y consiguió el título de mejor novato. Cochise ganó esta prueba en los años 1963, 1964, 1966 y 1967; sin embargo, no pudo igualar los cinco triunfos del también antioqueño Ramón Hoyos Vallejo (1953, 1954, 1955, 1956, 1958), ni los seis del boyacense Rafael Antonio Niño (1970, 1973, 1975, 1977, 1978, 1980). En 1967 y 1968 Cochise ganó, además, la Vuelta al Táchira.

Su primera incursión en los velódromos del mundo fue en 1962, en ¡ Kingston, Jamaica, cuando quedó campeón centroamericano y del Caribe en los cuatro mil metros persecución individual, título que revalidó en 1966 (San Juan de Puerto Rico) y 1970 (Panamá). En los Olímpicos de Tokio (1964) y México (1968), no contó con suerte, pero en el último de éstos, frente al campeón Cipriano Chemello, obtuvo la extraordinaria marca de 4 minutos, 45 segundos y 38 centésimas, la mejor de su vida y con la cual se convirtió en uno de los cuatro milleros que rebajaron en esas justas, el tiempo del mundo en persecución; no obstante, Cochise se ubicó sólo en el noveno lugar en esta prueba. Fue bicampeón panamericano (Winnipeg, 1967 y Cali, 1971), bolivariano (Quito, 1965 y Maracaibo, 1970) y americano (Medellín, 1969). Su participación en los campeonatos mundiales comenzó en San Sebastián, España, y desde ese momento lo animó un solo objetivo: entregarle un campeonato del mundo a su pueblo. Cochise cumplió esta meta, después de competir en los campeonatos de Frankfurt, Montevideo y Leicester; en el velódromo de Tradate, en la provincia de Varresse (Italia), el 22 de agosto de 1971, obtuvo el ambicionado galardón, convirtiéndose en el primer latinoamericano en obtenerlo y en el ciclista aficionado más viejo (29 años). Antes, el
7 de octubre de 1970, en el velódromo Agustín Melgar, en Magdalena Mixhuca de Ciudad de México, Rodríguez había batido la marca mundial de la hora en pista, por 39.45 metros, ' del danés Jansen Mogens Frey, con el nuevo registro de 47 533.24 metros, convirtiéndose en el tercer latinoamericano en intentar tal marca y el segundo en conseguirlo.

Tanto en la obtención del récord de la hora, como del título de campeón mundial, Cochise contó con la dirección técnica del italiano Claudio Costa. Estos triunfos le daban a Cochise muchas posibilidades de ser campeón olímpico en Munich en 1972. Sin embargo, fue declarado profesional por el Comité Olímpico Internacional, lo que lo obligó a vincularse como gregario al equipo de marca italiano Bianchi-Campagnolo, que comandaba la estrella del ciclismo mundial Felice Gimondi. Así, Cochise fue el primer ciclista colombiano que incursionó en las toldas del profesionalismo; donde obtuvo algunos éxitos: ganar entre 1973 y 1975 un total de siete etapas en distintas pruebas del Viejo Continente, y en 1973, junto con Gimondi, el trdeeo Baracchi. Luego de su paso por el deporte rentado, Cochise retornó al país y siguió compitiendo en pruebas locales; aún se recuerdan sus espectaculares triunfos en las primeras ediciones (1979, 1980) del Caracol de Pista. En 1983, el presidente Belisario Betancur lo nombró agregado cultural en Italia. Actualmente, luego dé superar un delicado accidente, está dedicado a competir y promover el ciclismo de montaña.

JOSÉ EDUARDO RUEDA ENCISO
Bibliografía
PERROZO, CARLOS. "Martín Emilio Rodríguez
"Cochise". El más grande deportista colombiano de todos los tiempos". En: Forjadores de Colombia contemporánea. Bogotá, Planeta, 1986, Vol. 2, pp. 437-442. Esta biografía fue tomada de la Gran Enciclopedia de Colombia del Círculo de Lectores, tomo de biografías.
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DÓNDE ESTÁN AHORA
El ‘Cochise’ de hoy
A los 58 años, Martín Emilio ‘Cochise’ Rodríguez Gutiérrez, uno de los mejores ciclistas que ha dado Colombia, vive en su natal Medellín. Sus carreras de hoy: la venta de libros educativos. En esta etapa de la vida lleva 12 años y le permite –según dice– ganar lo suficiente para vivir bien. “El ciclismo no me ha dado buen trato porque hoy no recibo ningún incentivo por los logros que tuve. Lo único que me dejó el deporte es la casa, y esto es mucho decir”, afirma el primer colombiano que ganó una etapa en el Giro de Italia. Fue en 1973.

Otra de las actividades que tiene ‘Cochise’ es la de dar conferencias de motivación deportiva en empresas y colegios. “Aunque con las charlas gano poco dinero, me sirven para conseguir persona interesadas en comprar los libros que vendo”, comenta el ciclista que aún tiene el récord de más etapas ganadas (39) en la Vuelta a Colombia.

‘Cochise’ dedica sus ratos libres al aeromodelismo, una de sus aficiones. “Tiene construidos cuatro modelos de planeadores. Volar es para él una pasión”, dice María Cristina Correa, su esposa desde hace 29 años y con quien tiene tres hijos.

La carrera deportiva de este pedalista antioqueño comenzó en 1958 y terminó en 1980. Algunos de sus logros importantes son: récord mundial de la hora en México-70 (47,553 kilómetros); campeón mundial de los 4.000 metros persecución individual en Italia-71, con un tiempo de 4m 53s 98cen; ganador de cuatro Vueltas a Colombia (63, 64, 66, 67) y ganador de tres Vueltas al Táchira (66, 68, 71), entre otros éxitos. Tamado de El Tiempo

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