En 
                  estas montañas antioqueñas 
                  se procura hacer la casa en 
                  un llanito, o que quede el llanito, 
                  de siquiera media cuadrita, 
                  adelante de la casa; pero muchas 
                  veces no se puede y hay que 
                  hacer banqueo, para aplanar 
                  la parte que ocupará 
                  la edificación, y aún 
                  ocurre que a veces es esto también 
                  imposible, y en algunas ocasiones 
                  se ven casas que tienen por 
                  un lado un piso y por otra hasta 
                  cuatro, o la altura equivalente. 
               La casa está rodeada 
                por el corralito el cual se 
                limita con una cerca o alambrado. 
                El sendero llega a la puerta 
                de golpe, o de guaduas, pasada 
                la cual llegamos a la manguita 
                de adelante. Y 
                  allí está la casa 
                  : si es de tierra fría, 
                  será de tapias y estará 
                  techada con teja española 
                  puesta sobre 'cañabrava' 
                  que descansa en cargueras de 
                  pino. Si es muy pobre será 
                  de 'bahareque'. Si es de tierra 
                  caliente puede que tenga el 
                  techo de paja y en este caso 
                  se llama 'rancho de paja' y 
                  será muy pobre. También 
                  en tierra fría puede 
                  ocurrir que haya ranchos de 
                  paja, pero esto es muy escaso. 
                  En las tierras muy calientes 
                  también
                  hacen casas de madera, pero 
                  las más viejas y más 
                  grandes será de tapia.
               Llegamos a la casita. Es blanca, 
                encalada. Y muy limpia siempre, 
                aunque por extrema pobreza tenga 
                el piso de tierra.
               La casita más común 
                tendrá piso de ladrillos. 
                El corredor exterior está 
                cerrado con barandilla de macanas 
                y pasamanos de madera. En la 
                viga de adelante, colgando de 
                unos alambres están las 
                matas de adorno, sembradas en 
                canastillas hechas de alambres, 
                con tapas de cerveza, o en tarros 
                de galletas o bacinillas viejas. 
                En los pilares de adelante se 
                ponen repisitas para asentar 
                una mata en cada una.
               En el corredor encontramos una 
                tarima, una silla de brazos 
                para el viejo o la vieja y unos 
                taburetes de cuero con adornos 
                pintados en el espaldar y en 
                el asiento. Estos muebles, salvo 
                la tarima, se entran a la salita 
                cuando hay visita especial, 
                y también por las noches.
               En las paredes del corredor 
                de afuera hay pegadas unas láminas 
                con escenas de cacerías 
                en el Africa o en los Alpes 
                Suizos.
               La sala tiene cuatro puertas 
                : la de adelante da al corredor 
                del frente; la de atrás 
                da al patio y las dos de los 
                lados, dan a las alcobas.
               En un rinconcito está 
                el altar, que es una mesita 
                con una carpeta, sobra la cual 
                están los santos de devoción, 
                imagencitas de bulto, cuadros 
                adornados con florecitas de 
                papel y con papelitos de estaño 
                de colores vivos. En el altarcito 
                están las velas, una 
                a cada lado, y recostados contra 
                la pared o colgados de ella, 
                muchos cuadros de santos, sin 
                que falte la Vírgen del 
                Carmen, -la gran devoción 
                del pueblo antioqueño- 
                y las Benditas Animas del Purgatorio. 
                También están 
                los retratos de los hijos que 
                se han ido ya a colonizar el 
                Quindío, el Valle, "a 
                buscar la vida y con quien casase". 
                Están allí los 
                retratos "para que la Vírgen 
                los lleve con bien y los cuide 
                de todo mal y peligro". 
                Hay floreros con flores de papel 
                unos, y otros con flores naturales. 
                Está el ramo bendito 
                trenzado en forma artística, 
                y el cual sirve para quemar 
                en caso de una tempestad o una 
                gran amenaza de las fuerzas 
                de la naturaleza.
               En la alcoba encontramos las 
                camas, que si la casa es muy, 
                muy pobre serán hechas 
                de guadua con sus cuatro patas 
                clavadas en el suelo. Las camas 
                tienen sus esteras de plátano 
                y de junco, y estarán 
                tendidas con la colcha de retazos 
                pequeñitos primorosamente 
                cosidos. Debajo de la cama está 
                la bacinilla lociada o el beque 
                de palo colocado sobre una tablita 
                y tapado con otra tabla en forma 
                de patena. El beque de palo 
                se vacía por las mañanas 
                y se limpia echándole 
                ceniza de fogón. Dicen 
                que a las mujeres de dieta les 
                hace daño usar la bacinilla 
                o mica, porque es muy fría, 
                y deben de usar el beque, el 
                cual generalmente se hacía 
                de higuerón.
                
              Hay 
                una o dos mesitas. En la pared 
                penden los cuadros de La Muerte 
                del Justo y del Pecador, además 
                de un Cristo. Hay una percha 
                para colgar ropa, sombreros, 
                etc., la cual está hecha 
                de cueros o de clavos de madera, 
                o, las más nuevas, de 
                bombillos fundidos.
               Está el baúl o 
                el arcón. El arcón 
                es de madera, a veces forrado 
                en cuero, y el baúl es 
                forrado en lata y pintado de 
                vivos colores; en la tapa hay 
                pegadas postales, láminas 
                de las que salían en 
                los paquetes de cigarrillos 
                o de las que traían las 
                piezas de liencillo, o recortadas 
                de revistas viejas: allí 
                puede encontrarse uno a Caruso 
                o a la Bella Otero.
               Hay uno o varios garabatos para 
                colgar cosas, como por ejemplo, 
                la escopeta de fisto con su 
                cacho lleno de pólvora 
                y su jiquerita con tacos y el 
                paquetico de las municiones.
               Pendiente de una viga mediante 
                dos lazos, está la cuna 
                del niño, que es un cajón.
               Si pasamos a la cocina, nos 
                encontramos con el fogón, 
                armado de barro con ceniza y 
                el cual tiene uno o dos huecos 
                encima para poner las ollas, 
                y al frente la boca destapada
                para meter la leña y 
                las arepas que se asan entre 
                las brasas. Colgando del techo, 
                está la excusa para poner 
                allí la leche en una 
                totuma, los quesitos o los quesos, 
                y las longanizas o chorizos, 
                todo lo cual queda así 
                defendido de perros y gatos.
               Colgado de un clavo en la pared, 
                el cedazo de crín, junto 
                a otro de tela para el café.
               Subida en poyo está la 
                forja, que es la que se usa 
                para hacer el desayuno, el algo, 
                la merienda o alguna bebidita 
                que haya que hacer a deshoras, 
                para no tener que prender el 
                fogón. Y junto a la forja 
                está la china. Colgada 
                de un clavo en la pared está 
                la olla
                de yátaro o la terralía 
                llena de sal. En una repisa 
                vemos un tarro de guadua con 
                miel de caña, la olleta 
                con su molinillo para batir 
                el cacaíto y unas ollitas 
                de barro.
                                    
                En el otro extremo del poyo 
                hay totumas, calabazos y una 
                cuyabra; cucharas de alpaca 
                o de totuma y el cuchillo cocinero. 
                En el suelo hay dos o tres canastos 
                con papa criolla o legumbres. 
                De varios garabatos penden trozos 
                de carne salada. En un rincón 
                encontramos la piedra de moler 
                con su mano y al lado la cayana, 
                algunos estropajos y ceniza 
                para lavar. Recostada a la pared 
                está la batea. De un 
                clavo cuelga contra la pared, 
                el locero de alambre para colgar 
                los pocos platos y pocillos 
                que hay, pues muchos prefieren 
                la totuma, en vez del plato 
                y el pocillo. Cerca a la piedra 
                de moler está el plato 
                de palo, con media libra de 
                panela y la lezna con cogedera 
                de cacho, para batir el dulce. 
                El raspador de las arepas es 
                una caja de sardinas llena de 
                agujeros hechos con un clavo. 
                No puede faltar la olleta o 
                chocolatera de cobre o barro, 
                con su molinillo de madera. 
                Y es corriente encontrar la 
                paila de cobre para hacer la 
                natilla, el ariquipe y otros 
                manjares por el estilo. Junto 
                a ella, su mecedor de madera.
               Al pie de la cocina, en el corredor, 
                está la mesita para comer 
                y a su lado la tinaja o el filtro 
                y tinaja para el agua fresca; 
                el filtro compana de barro invertida, 
                deja caer rítmicamente, 
                lentamente su gotica de agua 
                fresca; filtro y tinaja están 
                encerrados en mueble de anjeo 
                de un metro con treinta de altura, 
                aproximadamente; al abrir la 
                puertecita para sacar agua, 
                hay, colgado de un clavito,un 
                jarro de lata para sacar el 
                agua de la tinaja, y, para evitar 
                que algún perezoso vaya 
                a beber en este jarro, su borde 
                está recortado en zig-zag 
                formando así agudos picos; 
                el asiento de este jarro es 
                agudo, como que no se destina 
                a ponerse encima de la mesa.
               En el comedor, junto a la cocina, 
                está la jaula con el 
                sinsonte o el turpial, que comen 
                plátano o naranja sin 
                compasión. Y en otro 
                puntico, por ahí cerca 
                y donde no estorbe, hay, sostenida 
                en dos horquetas, una olla vieja, 
                quizás con algún 
                agujerito o una rajadura; en 
                ella se deposita la ceniza del 
                fogón, y, cuando se necesita 
                lejía, basta echarle 
                agua y poner una vacija a aparar 
                debajo.
               El patio es empedrado en guijarros 
                pequeños como del tamaño 
                de huevos o un poco más, 
                a veces formando dibujos en 
                gris; hay maticas sembradas, 
                muy usualmente azaleas, o novios.
               Detrás de la casa está 
                la huerta, con eras de un metro 
                por dos aproximadamente; las 
                eras se marcan con piedras, 
                ladrillos, y hasta las hemos 
                visto con huesos. Allí 
                se siembran legumbres; cebollas, 
                repollos, coles, tomates, ají, 
                remolachas y zanahorias principalmente, 
                además de las matas de 
                olor o medicinales, para condimentos.
               Y más atrás está 
                la arboleda en donde se siembran 
                naranjos, limones, el brevo 
                que se abona con ceniza lavada, 
                la que queda de hacer lejía, 
                aguacates, mangos, zapotes, 
                madroños, etc, etc. Y 
                más allá los sembrados; 
                plantaciones más o menos 
                en grande de café o caña 
                de azúcar, o yuca o papa 
                o, en fín de lo que sea 
                según el clima, la tierra 
                o el gusto de los dueños.
               Pero no nos alejemos tanto, 
                que tenemos que acabar de ver 
                la casa. Ese cuartico que hay 
                allí junto la casa y 
                levantado sobre ese cañito 
                de agua corriente, es el excusado. 
                Entremos; el excusado es de 
                cajón;un cajón 
                fuerte bocabajo. Algunos tienen 
                tapa. Y en un ganchito que tienen 
                los editores para las obras 
                que no merecen letra de imprenta, 
                vemos -oh ironías del 
                destino!- partidas en pedazos 
                obras que sí la merecieron; 
                revistas viejas... periódicos 
                de hace un mes. Cuando no hay 
                papel, una tuza basta...y sobra.. 
                y soba!
               En fín, no estamos haciendo 
                literatura. Sólo intantáneas. 
                Salgamos. En 
                  aquel corredor vemos la hornillita 
                  de barro con su plancha de fierro, 
                  al pie de la mesa del aplanchadero.
               Más allá, cerca 
                de la cocina pero al aire libre 
                está la poceta; el agua 
                viene por unas guaduas; allí 
                se lavan los trastos; se lava 
                la ropa en la piedra de lavar; 
                se lavan las manos, y la cabeza; 
                miren: en aquel pilar está 
                el espejito para que se afeiten 
                los hombres y se peinen las 
                mujeres; junto al espejo está 
                colgada una cola de vaca para 
                poner el peine.
               La mata que cuelga de la pared 
                es una penca sábila; 
                tiene mil usos medicinales, 
                pero se cuelga para que traiga 
                buena suerte; la mata después 
                de arrancada de la tierra fresca 
                y jugosa, permanece colgada 
                allí de una cabuya o 
                de un alambre, sin recibir sol, 
                ni agua por años, fresca 
                y hasta crece viviendo del aire. 
                Y aquella hoja de higo erizada 
                de tunas, se cualga en el hueco 
                de las puertas o ventanas para 
                que no entren murciélagos. 
                Y dicen que ni las brujas..
               Y allí no muy lejos de 
                la cocina, está el pilón, 
                de madera o de granito, con 
                sus dos manos de madera y en 
                cuyos extremos se han clavado 
                clavos hasta la mitad que luego 
                se tuercen. El pilón 
                sirve para pilar maiz, que lo 
                pilan las mujeres.
               Aquel cuarto grande y ciego 
                es el cuarto de los aparejos 
                y las herramientas. Hay una 
                tabla larga pegada a la pared 
                para que sirva de perchero;de 
                unos clavos de madera cuelgan 
                sillas de montar para hombres, 
                galápagos de mujer, enjalmas, 
                angarillas, silletas, sudaderos, 
                alfombras, frenos, jáquimas, 
                zurriagos y perreros, sogas, 
                lazos, maneas, espuelas y espolines, 
                zamarros de cuero liso y de 
                cuero peludo, alforjones, encauchados, 
                tablillas para destetar terneros, 
                garabatos para ponerle a los 
                marranos muy escarbadores o 
                que se pasan por todo portillo, 
                látigos, peines de cacho 
                para peinar las bestias, sobre 
                todo cuando las brujas las han 
                montado de noche y les han hecho 
                trenzas mal hechas, y cepillos 
                de raiz para bañar caballos. 
                Puede que haya zamarros de cusumbo, 
                que son para andar a pie por 
                entre la maleza.
               En los rincones, recostadas 
                a la pared, las herramientas 
                más necesarias; un pisón, 
                una parihuela, el hacha, etc, 
                etc. Cuelgan de sendos clavos, 
                en sus vainas, machetes y peinillas 
                viejos.
               Encima de la tabla, el garabato 
                o la medialuna para coger fruta. 
                A un lado está la pesebrera; 
                un bongo grande de piedra o 
                de madera para dar de beber 
                a las bestias; otro para echarles 
                aguamasa a las vacas. Largas 
                canoas de madera para echarles 
                yerba picada o caña picada 
                a las bestias.
               Aquel palo grueso y firme que 
                hay allí clavado es el 
                bramadero en donde amarran las 
                reses para curarlas y allá, 
                en media manga, una como canoa 
                hecha de un palo muy grueso 
                y
                montada en dos horquetas es 
                para salar el ganao. Por allí 
                anda la vieja torciendo cabuya 
                con la tarabita. Con la tarabita 
                se hacen lazos, cabuyas y se 
                tuercen las sogas. Allí 
                en aquel árbol duermen 
                las gallinas. Se han puesto 
                unas cuantas varas más 
                porque hay
                muchas gallinas; ellas suben 
                por este palo. Cuando todas 
                están arriba, el palo 
                se quita. Y el tronco del árbol 
                está forrado de lata 
                para que no se suba la comadreja 
                ni la chucha.
                                    
                Hay más cosas en la casa? 
                Vea, mi don: si ustedes quieren 
                les puedo poner lo que quieran; 
                desde una mesita pa armar tabaco, 
                hasta un televisor último 
                modelo, pero, estudiando la 
                cosa bien estudiada, dejémosla 
                así... con la mesita 
                pa armar tabaco y la banquetica 
                pa la vieja si quieren.. pero 
                no más. Y nos vamos, 
                antes de que nos tengan que 
                poner la escoba detrás 
                de la puerta. La escoba más 
                común es la hechiza, 
                de escobadura o de otras malezas 
                por el estilo. También 
                la de iraca, o la de palma de 
                San Carlos. Hay una escoba un 
                poco más durita, pa empedrados, 
                es la que llaman escoba de palito. 
                Y otra más dura, escoba 
                de chuzos. Y otra más 
                dura todavía, para la 
                pesebrera, que es la escoba 
                de bejuco. Esa es la que le 
                vamos a poner a usté, 
                si se
                descuida.
                ----------------------------------------------------------------------------
                Agradecimientos 
                  especiales a Nelson 
                    Moreno S.
                      Por ceder estos textos al "Sitio 
                      Paisa"