UN
TEATRO PARA LA CIUDAD
La Fundación Pablo
Tobón Uribe se creó mediante
Decreto Municipal 487 de octubre 13 de 1952,
según los postulados de su fundador
de “dotar la ciudad de Medellín
de un teatro moderno de primera categoría,
destinado a la presentación de espectáculos
y actos artísticos, dramáticos,
cinematográficos, musicales, literarios
y científicos para fomentar el adelanto
cultural de la sociedad de Medellín...”
Aunque abrió sus
puertas hacia finales de los años cincuenta,
la inauguración oficial fue el 2 de
agosto de 1967. El hecho se constituyó
en un verdadero acontecimiento para Medellín,
una fiesta que se prolongó hasta finales
de ese mes con la participación de
importantes figuras de la música nacional
e internacional.
Desde entonces el Teatro
ha hecho parte de la historia de su ciudad
sede y de Colombia. Por su escenario han desfilado
artistas reconocidos dentro y fuera del país
y su nombre se ha constituido en referencia
obligada del quehacer cultural, como lo quisieron
las personas que en su momento tuvieron la
idea de darle un Teatro a Medellín
y que estuvieron lideradas por el mecenas
de la cultura antioqueña Don Pablo
Tobón Uribe.
El edificio con el sello
que caracterizó los años cincuenta,
es diseño del reconocido arquitecto
Nel Rodríguez. Una estructura que crece
con el tiempo y que ha sabido adaptarse a
los cambios sociales y estéticos. Una
obra moderna capaz de albergar lo clásico
y lo contemporáneo, lo vanguardista
y lo tradicional.
La danza, el teatro, la
música y la lírica tienen en
el Teatro Pablo Tobón Uribe un espacio
que siempre estará abierto, un lugar
íntimo y recogido, un recinto para
gozar del esplendor de las bellas artes, que
hace de la cultura una fiesta.
Tiene una capacidad para
983 espectadores así: 514 en luneta,
369 en balcón, 40 adicionales y 60
localidades en los palcos de honor.
Como uno de los eventos
para conmemorar los cincuenta años,
la artista antioqueña Dora Ramírez
donó al Teatro Pablo Tobón Uribe
los derechos de su obra “Carlos Gardel”
para que fuera utilizada como telón
de boca. Así el tango que durante años
ha acompañado la vida urbana de Medellín,
tiene reconocimiento en el Teatro que ha sido
un lugar símbolo de la cultura en la
ciudad y que ha fomentado la difusión
de las expresiones artísticas desde
hace cincuenta años.
Son muchos los valores artísticos
antioqueños que han dado gloria a la
región y al país en el ámbito
mundial. Durante sus inicios y su madurez
artística fueron acogidos en el escenario
del Pablo Tobón.
Son ellos los maestros:
Blas Emilio Atehortúa, compositor de
Santa Elena (Antioquia) considerado junto
a Ginasterra (Argentina) y Villa Lobos (Brasil)
los tres grandes de América Latina
del siglo XX; Blanca Uribe y Teresita Gómez,
pianistas; Dora Ramírez, pintora; Luis
Fernando Franco, joven compositor y arreglista;
Yanis Pikieris, bailarín, Medalla de
oro en Moscú; Gilberto Arango, director
de teatro.
Desde su dirección,
se ha querido exaltar la importancia de las
diferentes manifestaciones culturales en sus
más variadas expresiones. Con un criterio
amplio y actual lo popular y lo clásico,
lo tradicional y lo experimental se han dado
y se darán cita en su escenario.
Proyectos como Acercamiento
del Teatro a la Juventud, las temporadas de
zarzuela y ballet o los programas académicos
con talleres y seminarios, hacen parte de
su nutrida agenda, sin dejar espacio para
que sus puertas se cierren.
BIBLIOTECA PILOTO
La Biblioteca
Pública Piloto de Medellín
fue creada por un Convenio entre la Unesco
y el Gobierno de Colombia, el 10 de noviembre
de 1952. La misión que exigía
la Unesco de la Biblioteca era la de ser un
centro comunal para la educación popular,
para satisfacer las necesidades de las personas
que acababan de aprender a leer, pero también
ofrecer servicios bibliotecarios y educativos
a niños, jóvenes y adultos de
la comunidad, de cualquier nivel cultural.
La expresión “Biblioteca Piloto”
indicaba además que debería
ser una biblioteca modelo para fundar, organizar
y orientar bibliotecas semejantes en su área
de influencia, y compartir las experiencias
de todas.
La primera sede provisional
de la Biblioteca se instaló en un local
anexo a la sede del Instituto de Bellas Artes,
en la Avenida La Playa con la Carrera Córdoba.
Su primer director fue el Dr. Julio César
Arroyave Calle.
La inauguración formal
de la Biblioteca se efectuó el 24 de
octubre de 1954. Un gran desfile de celebración
recorrió diferentes barrios de la ciudad
y en el trayecto se colocó la primera
piedra para el nuevo edificio de la Biblioteca,
que habría de inaugurarse en 1961,
cerca al puente de la Calle Colombia.
El primer lector registrado
de la Biblioteca llegó a la mañana
siguiente, el 25 de octubre: se llamaba Lucio
Calle. Cincuenta años después,
en este año 2002, su nombre encabeza
con orgullo el inmenso listado de cerca de
47 mil usuarios con carné que hoy disfrutan
de sus servicios.
La Biblioteca cuenta con
cinco filiales ubicadas en los barrios periféricos
de Campo Valdés, Florencia, San Javier
La Loma, El Raizal y en el Corregimiento de
San Antonio de Prado. De tal modo su área
de influencia puede considerarse el área
metropolitana del Valle de Aburrá con
una población aproximada de 2.900.000
habitantes.
Dispone aproximadamente
de 1.500.000 documentos que comprenden libros,
revistas, videos, dvd, casetes de audio y
fotogramas. La colección general es
abierta al público.
Al interior de la B.P.P.
encontramos, la Colección General con
cerca de 120.000 libros en la Sede Central
y sus cinco bibliotecas filiales; La Hemeroteca;
la Sala Antioquia, modelo en su género
en el país, con 15.000 libros y 702
títulos de revistas y periódicos
publicados en la región desde mediados
del siglo XIX. Alberga el mejor archivo vertical
sobre la región y la ciudad, la colección
sobre Historia de la Caricatura en Colombia-más
de 10.000 caricaturas – y uno de los
más extensos archivos de catálogos
de Arte Colombiano; la Sala Infantil Pedrito
Botero y el Archivo Fotográfico, el
más grande de América del Sur,
con más de un millón trescientos
mil materiales, de nuestros más importantes
fotógrafos de todas las épocas,
desde 1849.
Las otras dependencias que
encontramos son: Las Bibliotecas personales
de León de Greiff y Otto de Greiff
con colecciones llenas de rarezas bibliográficas,
con ediciones en francés, inglés,
italiano, sueco, alemán, danés
y portugués, anotadas por sus dueños;
y Los Archivos Personales de Escritores con
manuscritos, inéditos, correspondencia,
fotografías, material audiovisual,
artículos de prensa, guiones, libretos,
bio-bibliografías. En Sala Antioquia
se conservan los archivos de Adel López
Gómez, Joaquín Pérez
Villa y un fichero filológico de Alfredo
Correa Henao. En la sección “Archivos
Personales”: Manuel Mejía Vallejo,
Carlos Castro Saavedra, los nadaístas
y Javier Arango Ferrer; La Videoteca y sus
cerca de 8 mil títulos en cine clásico,
infantil, música, videos educativos,
ecología, ciencias, conferencias y
cátedras universitarias, además
de un Archivo Sonoro, más de 3.800
casettes, que recogen desde 1975 las voces
y las ideas de los intelectuales, artistas,
docentes, políticos y empresarios que
han pasado por el auditorio de la Biblioteca.
La colección general
de la Biblioteca está sistematizada
mediante el programa Unicornio, con terminales
ubicadas en sus salas, donde el usuario puede
ubicar más rápidamente la consulta.
Se dispone también de varias terminales
para conexión a la red mundial de información
ó Internet.
Este año, en proyecto
conjunto con el Sistema de Bibliotecas de
la Universidad de Antioquia, se está
desarrollando la “Biblioteca Virtual
de Antioquia”, que contendrá
materiales bibliográficos completos
producidos en la región antioqueña
desde mediados del siglo XIX hasta el presente.
Será una especie de “Sala Antioquia”
en el ciberespacio. A esta Biblioteca se asociarán
diversos centros de información del
departamento.