Educación a la carta
1. Internet y las tecnologías de la información
no constituyen una agresión a la escuela, sino una fuente de
información, un medio de comunicación y un instrumento
para el aprendizaje. Internet es una puerta con infinitas posibilidades
de comunicación. Facilita el acceso de las personas con discapacidades,
termina con los horarios y los problemas de desplazamiento y es compatible
con otros trabajos o estudios.
Transforma radicalmente el proceso de aprendizaje a distancia porque
introduce el concepto de campus virtual. El campus del ciberespacio
trata de "crear en el ámbito de la pantalla todas las
capacidades de relación y actuación que tiene la educación
presencial. No sólo los contenidos educativos, sino también
espacios de convivencia, asociación y reflexión",
explica Gabriel Ferraté, rector de la Universitat Oberta de
Catalunya.
El estudiante no está sólo frente a la pantalla. En
el campus virtual puede comunicarse a través del correo electrónico
y establecer relaciones en los foros de debate, las charlas o las
videoconferencias. Los grandes beneficiados son los ciclos de educación
superior, la formación continuada y la investigación.
El conocimiento circula con mayor rapidez, y la academia deja de ser
un reducto cerrado para abrirse a la sociedad y a la interconexión
entre disciplinas y comunidades.
Un medio poderoso que está cambiando nuestras vidas, sí,
pero no es la panacea. Tiene limitaciones: lento, caro, lleno de información
basura y con el potencial interactivo todavía limitado. Muchos
expertos consideran que ni siquiera es una herramienta educativa conveniente:
"Los niños y adolescentes deben aprender con humanos,
porque educar no es sólo enseñar a leer o calcular,
implica un proceso de socialización", asegura el pedagogo
Ramón Canals.
Ocio y cultura en el aire
2. Sexo ya no es la palabra más buscada en
Internet. Ahora es MP3, formato que permite bajar los últimos
sucesos musicales. Cada día se bajan alrededor de tres millones
de canciones. Con Internet la relación autor-público
ha cobrado otro sentido y las manifestaciones culturales sufrirán
una transformación radical. Se introduce la interacción
directa entre el artista y su obra y el público.
Internet es el paraíso del ocio. Permite estar a la última
moda sin salir de casa. Las formas clásicas del ocio como pasear,
hacer amigos, rumbear, ver cine, leer, visitar museos…, todas
pueden encontrarse en la red. Los chats, el correo electrónico
y las listas de noticias permiten la interacción entre los
navegantes. Películas como la primera parte de La guerra de
las galaxias se vieron por Internet antes de llegar al cine; los videojuegos
en red permiten competir con jugadores de todo el mundo; los mejores
museos tienen sus páginas web; cámaras digitales conectadas
con los cinco continentes aseguran una visión en tiempo real
de las ciudades del mundo... Todo es posible con el equipo adecuado.
Los detractores del medio acusan a Internet de fomentar el aislamiento.
En cualquier caso, los contactos en la sociedad actual están
limitados por la falta de tiempo y las distancias. Por tanto, la red
es sólo un multiplicador inconmensurable de las posibilidades
del ocio tradicional. El problema real está constituido por
las posibilidades de acceder a la cultura, sea por vía real
o virtual. Internet necesita infraestructura, dinero, y los que no
lo tienen se quedan fuera de juego.
Competencia en línea
3. Los juegos de ordenador tradicionales ofrecían
competir contra la inteligencia artificial de la máquina. Perfecta,
infalible, aburrida. Internet abre la posibilidad de jugar con quien
uno quiera, esté donde estuviere, a cualquier hora, donde sea
y a lo que sea. Cada vez más los juegos virtuales están
pensados para utilizarlos conectados a Internet, por lo que la partida
se abre a todo el que quiera entrar. Ultima Online, Everquest y muchos
otros necesitan la participación de más gente para que
el juego tenga sentido. ¿Soledad? Los cibercafés ofrecen
jugar en Internet, pero con calor humano. Son los sucesores de los
recreacionistas, sustituidos por ordenadores conectados entre sí
que permiten competencias de todo tipo.
La competencia vive aquí
4. Hace cinco años la tienda de deportes Carlos
Barrabés, en Huesca, España, tenía 180 metros
y cuatro empleados. Hoy tiene tres mil metros y 50 empleados. Todos
saben mandar un e-mail. "En Internet te conviertes en multinacional
con los recursos de una pequeña empresa", dice Barrabés.
"En Internet la empresa no tiene que buscar el beneficio inmediato,
sino el valor a mediano y largo plazo. En la red yo soy igual que
El Corte Inglés o Decathlon. Imposible competir con ellos en
la calle. Pero en Internet es posible.
De repente me tengo que preocupar por la economía mundial,
la crisis de Suramérica o la nueva legislación de impuestos
en Estados Unidos. Todo nos afecta y más vale que nos lo metamos
en la cabeza o nos llevarán por delante. La grandeza de Internet
es que una empresa creativa, flexible y rápida no tiene límites.
Es importante que las empresas pequeñas se muevan en la red,
porque son el futuro, son las que tienen creatividad, las que apuestan
su propio dinero; además, generan empleo y riqueza para el
país".
En Estados Unidos, alrededor de Internet han surgido las VC (venture
capitalist), dedicadas a financiar empresas innovadoras a cambio de
25% de las acciones. Andy Grove, ex ejecutivo de Intel, dio el aviso:
en cinco años la empresa que no trabaje en Internet no existirá.
Lo peor, según otros gurús, es que el plazo se ha quedado
desfasado. Con tres años bastará.
Cibersexo
5. En materia de sexo, pornografía y erotismo,
Internet ha proporcionado al consumidor de alicientes venéreos
una considerable multiplicación de ofertas, pero no un salto
cuántico del placer: la red ha generado un frondoso bosque
de atajos virtuales para obtener lo mismo.
Los chats, en el fondo, no son más que la versión en
tiempo real del correo obsceno o el teléfono caliente. Las
web-cams son la tecnoversión de una ceremonia preexistente:
la interacción entre voyeur y stripper en las cabinas de un
sex-shop. En lo que sí ha cultivado la red una mitología
propia es en el terreno de la manipulación digital de la imagen:
los fakes (desnudos falsos de celebridades) son el gran aporte del
medio al imaginario erótico colectivo.
Hay que admitir el carácter democrático de la red. Sus
autopistas virtuales son una vía de comunicación indispensable
para los usuarios que comparten preferencias sexuales minoritarias.
Es el caso, por ejemplo, de la comunidad fetichista, que tiene en
portales como Rubbtied.com acceso a páginas relacionadas con
el tema y posibilidades de contacto con almas afines.
Sin salir de casa
6 Internet será como la electricidad. Louis
Gerstner, presidente de IBM, lo vaticinó. Los chips, como los
motores eléctricos, se incrustarán en los objetos cotidianos,
los dotarán de inteligencia y podrán conectarlos a Internet.
La red dejará de estar ligada al cable y se va a fusionar con
la telefonía móvil. En pocos años entraremos
en la historia con la llegada de líneas de gran capacidad al
hogar, que acabarán con la congestión y fundirán
Internet con la televisión y con cualquier otro aparato susceptible
de conectarse: los teléfonos móvil y fijo, el libro
electrónico, el televisor, las agendas... A los constructores
les conviene preocuparse desde ahora por integrar la instalación
de datos igual que la de agua, teléfono o electricidad. "Hemos
de llevar las técnicas a nuestras vidas y no al contrario",
afirma Michael Dertouzos, director del Laboratorio de Ciencia Informática
del Instituto de Tecnología de Massachusetts. "La revolución
industrial no nos lanzó al motorespacio. Los motores han llegado
integrados en refrigeradores para los alimentos, o en vehículos
para el transporte. Esta es la clase de transición que espero
suceda con los ordenadores y las comunicaciones: que se integren en
nuestras vidas".
Relaciones virtuales
7. "El correo electrónico: eso en lo
que gastas el tiempo del día en que te puedes mostrar brillante".
Esta definición es de Tom Hanks, protagonista de la película
Tienes un e-mail. Como Hanks, hay en el mundo 200 millones de personas,
la mitad en Estados Unidos, que se comunican a través de Internet.
En el próximo decenio se calcula que serán más
de 1.000 millones.
Un saludo a un amigo, fotos, videos, todo tiene cabida en un e-mail.
Enviarlo a la otra punta del mundo cuesta lo que una llamada local
y se tarda segundos.
Muchas personas entran cada día en Internet para trabar amistad
con otras a través de comunidades virtuales. De los entretenimientos
de las comunidades virtuales la estrella es el chat, que permite hablar
con personas de cualquier parte del mundo las 24 horas.
Otro componente de las comunidades son los foros: en ellos participan
usuarios con intereses comunes. Necesitan de un programa que se baja
de la red: el IRC, por ejemplo, que puede encontrarse en http://www.mirc.com.
Finalmente, la mensajería instantánea permite, mientras
se realiza otra actividad, enterarse de que llegó un mensaje.
Al instante podemos contestar en la ventanita que se abre. Hay navegadores
que ya lo incluyen: el explorador Netscape contiene el Instant Messenger,
lo mismo que el ICQ, de America OnLine.
Internet ha introducido novedades en el ámbito privado. "Nos
hace distintos", en palabras de Víctor Domingo, de la
Asociación de Internautas. Aunque para no caer en extremismos,
quizá lo mejor sea la receta del filósofo Javier Echeverría:
no excedernos en el tiempo que dediquemos a ese "tercer entorno"
y no dejar de lado los otros dos entornos humanos: la naturaleza y
la ciudad.
Información sin límites
8. La avalancha de información que ofrece
Internet compite con la de la televisión y la radio. Hasta
con los libros. En cinco años se ha demostrado que las ediciones
electrónicas de los medios de comunicación constituyen
sólo un amable producto de la misma matriz.
La red todo lo une. Frente a las reinas de la inmediatez, la televisión
y la radio, Internet aspira a ocupar el tercer lugar del podio. Y
las supera en perdurabilidad. Así, de un boletín urgente
se puede acceder incluso a la fuente original. Esta posibilidad fue
un bombazo en octubre de 1998, cuando en minutos el documento del
fiscal Kenneth Starr sobre el affaire Bill Clinton-Mónica Lewinsky
estuvo disponible en el ciberespacio. Los grandes medios hicieron
el enlace al documento digital. Además, Internet transforma
las noticias en meganoticias. Tras la muerte de John Kennedy, sus
admiradores crearon miles de páginas para expresar sus condolencias.
Por otro lado están los buscadores. Cada vez más potentes,
se intercambian los datos de unos a otros. La publicación Search
Engine Watch clasifica a Fast Search (www.alltheweb.com) entre los
diez primeros motores de búsqueda: escanea en décimas
de segundo 200 millones de URL (enlaces) clasificados por actualidad
e importancia sobre la palabra clave introducida.
Inversiones inteligentes
9. Alrededor de once millones de norteamericanos
compran y venden valores del índice Nasdaq de la Bolsa de Nueva
York, donde se agrupan las empresas de Internet. Setenta por ciento
de las transacciones del Nasdaq son de personas de la calle, conocidas
como daily traders. No invierten a largo, mediano o corto plazo, invierten
a inmediato. Cada día compran y venden valores desde su PC
y se van a trabajar.
¿Esos once millones de personas podrían desequilibrar
el valor de una empresa? Quizá, pero ¿quién lo
desequilibraba antes, una multinacional, una declaración del
presidente del Banco Mundial? Internet ha dado poder al individuo
en Wall Street. A los analistas les preocupa la actividad de los daily
traders, que las acciones de empresas de Internet se sobrevaloren,
que la burbuja estalle, pero cuando los sabios financieros comenzaron
a decir esto, hace dos años, una acción de Yahoo! costaba
150 dólares. Hoy vale 330.
Salud digital
10. La salud es, después de la consulta de
páginas pornográficas, el ámbito que mayor interés
despierta en los internautas. Cuarenta por ciento de las consultas
en Internet son sobre este tema. Hay quien simplemente busca información
sobre una enfermedad, un fármaco o un tratamiento, como los
profesionales de la salud, que consumen con avidez la información
que los organismos públicos y grupos editoriales transcriben
en la red.
Es una de las caras de la moneda. La otra está representada
por dos fenómenos que tienden a crecer, y que, según
los especialistas, son de difícil control y carácter
fraudulento: la proliferación de los llamados ciberdoctores,
médicos difícilmente identificables que se enriquecen
a costa de consultas virtuales; y la prescripción de fármacos
por Internet. Para los farmacéuticos, así como para
las organizaciones de defensa de los consumidores, el problema resulta
grave por cuanto la mayor parte de los fármacos, dispensados
tras rellenar un simple formulario, precisan de receta médica.
En muchas ocasiones los compradores prefieren saltarse una visita
al médico para obtener una receta y así adquirir potenciadores
sexuales como Viagra, antidepresivos como Prozac o crecepelos como
Propecia.
Los productos de prescripción son los que ocupan las preferencias
de los consumidores. Entre ellos se encuentran, además de los
anteriores, desde fármacos anticancerígenos o contra
el sida, hasta "productos milagro", que se venden sin ningún
tipo de control. Detrás de ellos existe la figura de un ciberdoctor
que, llegado el caso, realiza una supervisión médica
y automatizada a través de la red.
Se calcula que en 1999 visitaron a Internet treinta millones de personas
con intención de compra de productos médicos.
Psicólogos como Alberto Estallo, de la Universidad de Barcelona,
introducen el término de "ansiedad frente al ordenador"
y de "adicción" a la red. Aunque todavía son
pocos los casos documentados, se han referenciado trastornos de la
conducta que están tratándose como una adicción
en la que los contenidos de la red son la droga.
Celo profesional
11. Teletrabajar ya no es quedarse en casa frente
al ordenador. "Con la tecnología actual puede trabajarse
desde cualquier sitio, a cualquier hora", dice Antonio Padilla,
profesor de la Universidad de Málaga. "Se están
produciendo nuevas formas de trabajo, que ya no pueden llamarse teletrabajo,
sino work nouveau, como el diseño de páginas web o las
instalaciones de redes de comunicación, que van a crear nuevas
profesiones", dice Michel Ickx, presidente de la Asociación
Española de Teletrabajo. IBM, por ejemplo, asegura que más
de dos mil personas teletrabajan para la empresa en España.
Con los instrumentos adecuados cualquier profesional puede ahorrarse
desplazamientos accediendo a las bases de datos de la empresa. "El
nuevo concepto se basa en una relación de confianza entre empleados
y supervisores", dicen en IBM.
En general, los teletrabajadores realizan algún tipo de actividad
relacionada con Internet, pero también hay documentalistas,
traductores, agentes comerciales y auditores. María Isabel
Velasco, incapacitada física, diseñadora de páginas
web, ha encontrado una salida laboral gracias al teletrabajo: "Para
mí, desplazarme supone un gran esfuerzo. Así, el cliente
ve mi trabajo, no mi aspecto, y no duda de mi profesionalidad".
Niños enredados
12. Mientras 97% de los padres recomiendan el uso
de Internet en los colegios, pocos dejan a sus hijos navegar en casa
para evitar el acceso a contenidos violentos o pornográficos.
En realidad, controlar la navegación de los niños es
fácil mediante el uso de un programa-filtro que limite el tiempo
de conexión y los contenidos accesibles. Así se evitan
tanto visiones no deseadas como el incremento exagerado de la factura
del teléfono.
Desde luego, los niños dominan la técnica, como sostiene
Fernando García Garanz en su libro Internet para niños:
"Es más difícil programar un video y los niños
lo hacen. Usan los ordenadores con mucha más naturalidad que
los adultos". ¿Y qué es lo que buscan en la red?
La Asociación de Usuarios de Internet lo ha analizado. Primero,
imágenes relacionadas con temas infantiles de moda, como una
película. Después, información relacionada con
el colegio. En Internet los niños pueden encontrar de todo:
enciclopedias, obras de consulta, música, juegos, nuevos amigos.
Hasta puede ser un buen medio para practicar idiomas.
Investigaremos…
13. Matteo Cavalli-Sforza es un físico italiano
que preside la mesa de colaboradores del proyecto Atlas del CERN,
en el que participan 147 institutos del mundo. Atlas es una compleja
malla de centros de Taiwan a Israel, de Canadá a Japón.
No se limitan a intercambiar información: colaboran en la fabricación
de material experimental complejo. Nada parecido habría sido
posible sin Internet y sin el correo electrónico. Otro pilar
indispensable es la web o malla mundial, que permite poner en común
la documentación (muchas veces en áreas de acceso restringido).
De hecho, la web nació en 1989, en el mismo CERN, para facilitar
la tarea de los proyectos científicos. En física, como
en otras disciplinas, la mayoría de los artículos científicos
se publican en versión electrónica, y los editores de
algunas revistas, sobre todo norteamericanas, llevan digitalizando
sus publicaciones desde 1985. "Ya no piso una biblioteca",
dice Cavalli-Sforza.
No sólo los investigadores de ciencias exactas se han lanzado
a la red. La filología, disciplina milenaria, se ha pasado
al manejo digital de documentos y referencias. Luis Iñigo Madrigal,
catedrático de literatura hispanoamericana en la Universidad
de Ginebra, utiliza la red para hacer indagaciones bibliográficas:
"Para una bibliografía sobre Juan Rulfo he buscado en
la Biblioteca de Texas, en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos,
en bancos de datos de revistas y en la MLA Bibliography".
Las áreas tecnológicas se encuentran mejor dotadas que
las humanísticas. Muchas de sus reuniones se han sustituido
por videoconferencias múltiples, aunque las comunicaciones
disponibles no garantizan una buena transmisión. Para mejorar
la calidad se está creando una red paralela, la Internet 2,
que conectará sólo universidades y centros investigadores,
como funcionaba cuando comenzó Internet.
Aficiones en pantalla
14. Internet siempre ha sido un lugar de encuentro.
El año en que fue creada, 1969, la Universidad de California
iniciaba un sistema de comunicación sobre aspectos técnicos;
pues bien, poco después se usaba para discutir de ciencia ficción.
No hay afición que no esté presente en la red. Las más
generalizadas tienen sus propias listas de distribución. Pero
si alguien quiere compartir la adoración por su pueblo o un
grupo musical, no tiene más que crear una página y sentarse
a esperar.
La gran revolución de la web es el abaratamiento de la memoria
en los servidores, con lo que muchos proveedores ceden espacio a cambio
de conseguir un aumento de tráfico o publicidad. Un lugar como
Pobladores da acceso gratuito a Internet, buzón de correo,
espacio ilimitado de páginas web, uso de software de creación
de páginas... Uno puede fundar un poblado sobre el tema que
quiera y esperar a que vengan a verle. Entre los 3.500 existentes
a los dos meses de su apertura, hay sitios políticos, otros
dedicados a piercing o a la abuela de su creador. Unos tienen cinco
visitantes, otros cientos.
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* Colaboraron 15 intelectuales, académicos, científicos
y estudiosos españoles de Internet. El País.
Fuente
Revista Diners