Castilla
Barrios: Toscana, Las Brisas, Florencia, Tejelo,
Boyacá, Plaza de Ferias, Héctor
Abad Gómez, Belalcázar,
Girardot, Tricentenario, Castilla, Oleoducto,
Francisco Antonio Zea, Alfonso López,
Cementerio Universal, Terminal de Transportes
del Norte, Caribe, Everfit, El Progreso.
El barrio de calle arriba
En
cierta manera, la historia del barrio
Castilla parece escrita de acuerdo con
la topografía del lugar donde está
levantado: en subida. Y aunque en Medellín
son francamente pocos los barrios sin
pendientes y lomas, en este barrio, el
centro y la referencia de todo es una
calle absolutamente recta que no tiene
un nombre en especial -en esta ciudad
donde para cada calle, antes de construirla
siquiera, ya hay un nombre especial-.
Todos la reconocen con el número
de su nomenclatura. Le dicen "La Noventa
y ocho".
La
sesenta y ocho sale casi de la orilla
occidental del río, allá muy
abajo, cuando se le mira desde la
parte alta del barrio. Tan abajo,
que para decir la verdad, no se
ve el punto exacto, brumoso, desde
donde arranca, pero en todo caso,
se ve claramente cuando comienza
a subir, a ganar esquina por esquina,
cuadra por cuadra, hasta llegar
al cruce con la carrera 68. Ese
es como el hipotálamo del
barrio, donde está la iglesia
San Judas Tadeo, para que no quede
duda. Ahí
funcionan los establecimientos comerciales
más importantes, los mercados,
almacenes, el colegio Judas Tadeo,
las casas de apuestas. Los miércoles,
llegan peregrinaciones desde toda la
ciudad para visitar la casa de este
San Judas, que dicen que es milagroso
y puntual con lo pedido.
Mucho
ha cambiado Castilla desde que se escribió
la primera página sobre el barrio,
en la que quedó consignado en 1930
que sólo eran diez las casas que
ocupaban un terraplén en la parte
baja. En aquel entonces, el puñado
de casas no daba para llamarlas más
que corregimiento y estaban demasiado
lejos de Medellín, pero el tiempo
fue pasando y los campesinos llegando
a la ciudad para convertirse en obreros.
En 1940 pasaron de corregimiento a barrio
y para la década del cincuenta
la familia Cock, dueña de los terrenos,
vendió lotes así, sin planificación,
a manos llenas.
Y esos
lotes se dividieron y subdividieron hasta
llegar al Castilla de hoy, un lugar compartido
por más de cinco mil casitas, distintas
entre sí, de dos pisos, de tres,
con fachadas de adobe, de mármol,
de cal, con patio, sin patio, con tiendas
de esquina en cada esquina, que están
a 20 minutos del centro de Medellín
tomando la línea de buses de Castilla.
Un barrio
de origen obrero de donde salió
René Higuita, el arquero melenudo
de los mundiales de fútbol del
Italia y Estados Unidos, que rechazó
un pelotazo inglés con las enrevesadas
piernas al aire como la aguja de un escorpión.
Y hay otro nombre: Freddy Serna, uno de
los pintores jóvenes con más
futuro de la ciudad, que imprime sobre
sus lienzos el mosaico de colores que
vistos desde lejos son los barrios de
Medellín. Dos muchachos como los
demás, que son la mitad del barrio.