Teatro
Metropolitano de Medellin
(Oscar Mesa).
Por: Alberto Saldarriaga
Roa .
Tomado de: Revista Credencial Historia.
(Bogotá - Colombia). Junio 1999.
No.114
Uno de los retos enfrentados por Oscar Mesa en este proyecto realizado
en 1986 fue el de su localización en un terreno urbanísticamente
indefinido, situado al borde del río Medellín, en una
franja despejada para alojar edificios de interés cívico.
El teatro sería la primera edificación en esa área
y su presencia definiría mucho de lo que allí podría
suceder posteriormente. Otro reto fué el de la imagen del edificio,
que debía demostrar una actitud frente a la arquitectura y la
ciudad en un momento en que la euforia del posmodernismo y los excesos
de la riqueza alardeaban por todas partes. La respuesta dada por Mesa
es una arquitectura de singular fuerza y carácter, que aloja
en su interior las dependencias del Teatro y se presenta a la ciudad
con una imagen categórica.
El trazado de
la planta, lo mismo que su volumetría, son rigurosamente simétricos.
Se advierte en la organización del edificio una división
en franjas funcionales, espaciales y volumétricas que se inicia
en el lugar de accceso del público, atraviesa el vestíbulo,
continúa en el amplio recinto de la sala y culmina en la escena
y los espacios técnicos de apoyo. Cada parte de esta secuencia
es al mismo tiempo un espacio interior y un volumen exterior. El vestíbulo
reúne una serie de detalles que enriquecen el vacío
de tres pisos de altura. Un enorme muro cerrado, en el cual sólo
se abre el vano de la puerta principal, sirve como límite entre
este vestíbulo y la sala.
La
sala es un espacio sencillo en su trazado
y austero en su tratamiento, resuelto
en una platea y un balcón con una
capacidad total de 1.650 sillas. Grandes
planos verticales en ladrillo, levemente
inclinados, responden al diseño
acústico de la sala y dan al recinto
un aspecto imponente. Plafones acústicos
en concreto y madera suspendidos de la
cubierta actúan como reflectores
del sonido y establecen las condiciones
acústicas de una sala que, dado
su carácter múltiple, requiere
balances cuidadosos para las diversas
funciones que alberga. La escena cuenta
con espacios auxiliares y toda la dotación
necesaria para eventos de teatro, ópera
y conciertos.
Volumétricamente,
el Metropolitano se divide en tres cuerpos
principales. El primero, de menor altura,
alberga el acceso y las oficinas; el segundo
es la sala propiamente dicha; el tercero
es la escena, que se separa de la sala
a partir de cierta altura y se enuncia
como una caja independiente. El vestíbulo,
sirve al mismo tiempo como enlace y como
separación entre los dos primeros
cuerpos y se caracteriza por el tratamiento
de sus fachadas y de su cubierta en estructura
metálica y vidrio. Los sólidos
volúmenes cilíndricos de
las escaleras principales se insertan
en esta transparencia y junto con las
torres que sobresalen en los cuerpos principales
afirman el interés volumétrico
del conjunto, sin perder su sobriedad.
Interior
del Teatro Metropolitano,
fotografía de Antonio Castañeda.
Revista Diners, 1998.