Fútbol
HERNÁN
DARÍO GÓMEZ
Nadie
es proféta en su tierra...
Deje
aquí un mensaje para Hernán
Darío Gómez
Por
José M. Osorio
Desapareció
por un tiempo de la escena futbolística.
Se cansó de la incomprensión
de la prensa y de una hinchada furiosa, que
ávida de triunfos, sobre valoraba la
capacidad de una selección colombiana
que a pesar de haber demostrado grandes virtudes
y una generación de valiosos talentos,
aún no tenía lo suficiente como
para alcanzar la gloria. Esa de la que muy
pocos equipos en el mundo pueden disfrutar.
Se necesitaba bastante más para pertenecer
al exclusivo grupo, se necesitaba historia
y tradición, se necesitaba coraje,
voluntad y mucho temperamento; y no sólo
buenos jugadores de fútbol. Algo que
el público y la prensa colombianos
nunca entendieron; y el "Bolillo"
estoicamente tuvo que poner la cara durante
diez largos años. Pero esa cara ya
no aguantaba más y decidió sencillamente
despojarse del buzo de entrenador, alejarse
de la alfombra verde; aunque eso le causara
la más prdeunda tristeza. Ya no vería
los partidos por televisión ni mucho
menos iría al estadio.
De
nada le habían valido las tres clasificaciones
a un Mundial, una Olimpiada, una Copa Libertadores
y el título de "Mejor entrenador
de Sudamérica"otorgado por el
diario El País del Uruguay. De poco
le sirvió el haber sido uno de los
responsables de haber sacado a la luz a
la mejor promoción de jugadores que
han brotado del suelo colombiano. ¡Cómo
somos de ingratos!.
Pero no podía estar afuera por mucho
tiempo, y alguien lo convenció con
aquello de que nadie es prdeeta en su tierra,
y se fue a predicar al Ecuador, sin cambiar
de estilo, usando el mismo verso, sin flores
ni sutilezas, sin prometer nada y sólo
a derecer trabajo y dedicación: "Acá
llegamos para trabajar con planificación,
con entrega, con amor al país, con
respaldo de todos los ecuatorianos, dirigentes,
técnicos, periodistas, hinchas y
jugadores. Esto de la selección pasa
a ser una sola causa, en la que todos tenemos
que echar para adelante..."
Pero
el camino no fue fácil, porque se
encontró con las mismas piedras,
y algunas más, de las que ya se había
encontrado en su Colombia natal: "Cuando
llegué, un señor ecuatoriano
me dijo; a que viene aquí, aquí
no hay nada que hacer, esos negros no tienen
ñeque. Yo me asustaba, yo decía,
después llego a una concentración
y veo que el ambiente no es bueno, o sea
que hay grupos entre los mismos muchachos,
después me doy cuenta que entre los
directivos y los jugadores de fútbol
hay unas diferencias grandísimas,
no se querían para nada, después
hacemos un partido y me doy cuenta que el
estadio es para ir a insultar la selección,
no hay un amor por la selección,
entonces nos tocó empezar a trabajar
mas en eso que cualquier otra cosa".
La única diferencia era que el pueblo
ecuatoriano comenzó a ver resultados
a los que no estaba acostumbrado. Había
mucha ilusión, mucha esperanza; pero
pocos se imaginaban con ver a Ecuador en
los primeros lugares de la eliminatoria.
El proceso era lento pero comenzaba a funcionar;
éste nuevo equipo ganaba en disciplina,
orden y amor a la camiseta. No más
seis a ceros a favor de Brasil o Argentina,
no más humillaciones de parte de
los grandes. El "Bolillo" en su
momento decía: "Tengo un grupo
de jugadores inteligentes y muy disciplinados
en el campo de juego, que por momentos juega
ordenadamente, dentro de lo que a mi me
gusta y de lo que pretendo darle a la selección
ecuatoriana. El aporte individual es destacable".
Luego del primer año de eliminatoria
Ecuador ya no era menospreciado en ésta
parte del mundo, ya no era sólo el
temor de la altura de Quito, ya era un serio
rival que hacía pasar malos momentos
a los más pintados de la región.
Desafortunadamente, en países como
los nuestros donde el éxito es muchas
veces mal cotizado, y la desgracia rondando
por ahí como insólita aliada;
le tocó la puerta al buen "Bolillo".
Fue un 8 de Mayo del 2001, cuando unos forajidos
disfrazados de dirigentes de un poco conocido
club de segunda, agredieron verbal y físicamente
a Hernán; reclamándole por
la no-convocatoria del hijo del ex presidente
Bucaram a la Sub 20. Ese día coqueteó
con la muerte, uno de los tres disparos
lanzados impactó en su pierna, fue
hospitalizado y regresa a su amada Medellín
a recuperarse de los golpes sufridos. Cuando
de pronto y ante las absurdas declaraciones
del abogado defensor de los agresores; comunica
su decisión de no seguir en el proceso
eliminatorio.
El pueblo ecuatoriano ante la eventualidad
de ver destrozado su más anhelado
sueño(deportivo), clamaron por su
regreso. El "Bolillo" conmovido
ante tanta manifestación de amor
y respaldo, toma el toro por las astas y
finaliza el proceso. Lo demás ya
es historia conocida....
José
Osorio es parte del grupo editorial de ESPNdeportes.com
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Darío Gómez
Página
oficial del Bolillo Gómez
Primera
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