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MANIZALES
I
HISTORIA
EL NEVADO DEL RUIZ
LA COLONIZACION
LA FUNDACION DE MANIZALES
VIDA ECONOMICA
LOS CAMINOS DE HERRADURA
GUERRAS CIVILES
LA GUERRA DE 1860 O LA ESPONSION DE MANIZALES:
LA GUERRA CIVIL DE 1876
DESARROLLO URBANO: EVOLUCION DE LA ALDEA
LOS CULTIVOS DEL CAFE
EL
PAPEL DE MANIZALES EN LA COLONIZACION:
PRIMERAS
INDUSTRIAS
LOS
PRIMEROS BANCOS:
LA
EDUCACION
LA
IGLESIA
FACTORES
DE PROGRESO
LA
MEDICINA
VIDA
COTIDIANA
DIVERSI�N
Y ENTRETENIMIENTO
LA
EDAD DE ORO: CREACION DEL DEPARTAMENTO DE
CALDAS
NUEVA
SITUACION ECONOMICA
OTROS
MEDIOS DE TRANSPORTE
DESARROLLO
URBANO
Manizales
a través * de la fotografía
Historia
El
territorio del actual municipio de Manizales
estuvo ocupado por los cacicazgos Carrapas
y Quimbayas los cuales a la llegada de los
conquistadores estaban en un alto grado
de desarrollo econ�mico y social.
Los
Carrapas ocupaban las partes m�s altas,
escarpadas y fr�as de la cordillera; habitaban
en casas peque�as construidas en guadua,
situadas en forma de aldeas muy poblados,
y en peque�os valles junto a los r�os y
quebradas.
Viv�an
del cultivo de ma�z, yuca, papa, ra�ces
y �rboles frutales; y de la caza de venados,
guadaquinajes (un poco m�s grandes que las
liebres) y otros animales de monte; adem�s
explotaban el oro para la fabricaci�n de
utensilios dom�sticos, para derendar a los
dioses y para el intercambio comercial.
Los
Quimbayas fueron un grupo que se asent�
en las faldas occidentales de la cordillera
central y lograron imponerse a nivel de
orfebrer�a y de cer�mica, e influenciar
con su cultura a los diferentes grupos ind�genas
vecinos: Carrapas, Picaras, Paucuras, Pozos,
Armas, Zop�as y Ansermas.
Por
la magn�fica ubicaci�n geogr�fica y por
el clima, los Quimbayas tuvieron la posibilidad
de cultivar ma�z y yuca como alimentos b�sicos
y de disponer de pescado, de miel de abejas,
de frutos como caimos, caimitos, ciruelas,
chontaduros, aguacates y guayabas. Los abundantes
bosques de guadua y de otros �rboles brindaron
madera para las casas, para el hogar y para
las necesidades de los poblados, al tiempo
que derec�an abundante caza de animales
como venados, conejos y guadaquinajes. Esta
base econ�mica les permiti� dedicarse a
la explotaci�n del oro, a la orfebrer�a
a la cer�mica y al comercio.
A
principios del a�o 1540 el conquistador
Jorge Robledo, quien ya hab�a sometido a
los Ansermas e Irras, inici� la lucha contra
los Carrapas; en esta provincia estuvieron
los espa�oles 8 d�as y los astutos Carrapas,
conocedores de las t�cticas de guerra y
de las armas de los espa�oles, los recibieron
en son de paz y les dieron comida y oro.
Despu�s de esta r�pida excursi�n por los
dominios Carrapas, Robledo y su ej�rcito
marcharon a los cacicazgos
del
norte-picaras, pozos, paucuras y armados-
a los cuales lograron someter despu�s de
cuatro meses de duros enfrentamientos y
agotadoras marchas.
Dominada
la regi�n, los conquistadores regresaron
a Carrapas donde descansaron, se aprovisionaron
de comida, consiguieron indios cargueros
para transportar el equipaje y se prepararon
para invadir la extensa provincia de los
Quimbayas.
Al
continuar la invasi�n los espa�oles llegaron
a la regi�n de El Cacique o Santa Agueda
(Santagueda) donde permanecieron varios
d�as; Robledo envi� a Hern�n Rodr�guez de
Sosa con infantes y con caballos para que
exploraran la cordillera, pero regresaron
r�pidamente porque encontraron el terreno
poco poblado y ni cinco de oro, algunos
historiadores dicen que el "Alto de las
Sierras" a donde lleg� Rodr�guez de Sosa
es la regi�n donde hoy est� situada Manizales.
Mientras
tanto otros exploradores espa�oles llegaron
con la halagadora noticia que en la regi�n
Quimbaya los abor�genes ten�an abundantes
objetos de oro, por lo cual Robledo y su
ej�rcito abandonaron a El Cacique o Sant�gueda
y se marcharon al coraz�n de la regi�n Quimbaya.
El
oro encontrado en los Cacicazgos Quimbayas
hizo que los espa�oles abandonaran lo que
hoy es el municipio de Manizales y s�lo
se conocen exploraciones espor�dicas de
algunos mineros, durante el per�odo Colonial.
Numerosas
pruebas demuestran que la regi�n que abarca
el municipio de Manizales estuvo habitada
por ind�genas. Por ejemplo: Los Colonos
que llegaron a la a zona, desde 1842, encontraron
sepulturas ind�genas o Guacas en La Caba�a,
Altomira, San Cancio, Alto del Perro, Versalles
y otros lugares.
Fueron
tantos los hallazgos que los colonos se
dedicaron a la "Guaquer�a" mientras esperaban
coger la cosecha de ma�z o de fr�jol. Por
ello era com�n ver en las casas de los manizale�os
ver numerosos objetos de oro y cer�micas,
hachas y cinceles de piedra, crisoles y
herramientas de trabajo.
EL NEVADO DEL RUIZ
Parece
que los ind�genas denominaron toda esta
cumbre nevada Cumanday o Camunday (Banco
Hermoso); tambi�n lo llamaron Tama que significa
Padre Mayor o Grande.
El
primer cronista en hablar del nevado fue
Pedro Cieza de Le�n quien hab�a visto las
fumarolas desde Cartago (Cartago-viejo,
sitio donde hoy est� situada la ciudad de
Pereira).
En
el siglo XVI el volc�n y nevado del Ruiz
se llamaba "Sierra Nevada de Cartago" y
hasta 1593 varios autores dec�an que el
volc�n estaba completamente inactivo pero
cubierto de nieve.
Desde
finales del siglo XVI el nevado se empez�
a llamar Nevado del Ruiz, debido quiz�s
al nombre de Alonso Ruiz de Sahajosa, miembro
del cabildo y persona notable de Ibagu�,
en 1567, el cual posiblemente pose�a una
encomienda, un hato o hab�a realizado alguna
haza�a militar en la zona nevada.
Pero
el calmado Nevado del Ruiz sorprendi� a
abor�genes y espa�oles con una violenta
erupci�n el 12 de marzo de 1595, sobre la
cual escribi� el cronista Fray Pedro Sim�n
que ese d�a a las 8 de la ma�ana se oyeron
varias explosiones y a continuaci�n comenzaron
a salir borbollones de ceniza revuelta con
piedra p�mez tan menuda como arena.
Todo
esto dur� dos horas aproximadamente, y luego
empez� a oscurecer hasta las dos de la tarde.
Llovi�
ceniza toda la noche y a la ma�ana siguiente
la tierra estaba cubierta de piedra p�mez
y ceniza, "triste y melanc�lica como el
d�a del juicio" y cay� tanta que se extendi�
hasta la ciudad de Toro.
Parece
que durante muchos a�os el volc�n permaneci�
quieto, pero en 1695 se dec�a que El Ruiz
era un "espantoso volc�n de fuego"
Se
reportan varias erupciones posteriores entre
las cuales se destacan la del 14 de Marzo
de 1805: "Entre la una y las 3 de la tarde
el cielo se oscureci� de repente. En Anserma
cay� una lluvia muy fuerte pero no mojaba;
era una ceniza negra, de olor sulfuroso,
lanzada por un volc�n del p�ramo del Ruiz.
Todo qued� cubierto de ceniza".
A�os
despu�s, en febrero de 1845 otra gran erupci�n
que repres� el r�o lagunilla, produjo m�s
de 1000 muertos.
El
Ruiz producir� nuevos sustos, sin embargo
se convirti� en uno de los s�mbolos de la
ciudad.
LA COLONIZACION
En
el siglo XIX el pa�s estaba dividido en
cuatro regiones aisladas entre s�:
La
regi�n del oriente conformada por Cundinamarca,
Boyac� y Santander; el Cauca que inclu�a
el Choc� y se extend�a hasta Marmato; Antioquia,
que se extend�a por el sur hasta el r�o
Chinchin�; y la regi�n de la Costa Atl�ntica.
Cada una de esas zonas se comportaba como
un pa�s sin relaci�n con las otras regiones
y separadas por el r�o Magdalena y por las
cordilleras.
Este
aislamiento era grave ya que los n�cleos
urbanos estaban muy separados entre s�,
las v�as de comunicaci�n se reduc�an a los
espantosos caminos de herradura, los campesinos
y artesanos no pod�an vender sus mercanc�as
por los altos costos de transporte, y la
navegaci�n a vapor por el r�o Magdalena
se utilizaba para exportar e importar mercanc�as;
por lo tanto no hab�a un mercado nacional.
Pero
este panorama era particularmente complicado
en el Estado de Antioquia.
A
finales del siglo XVIII se viv�a una situaci�n
dif�cil en diferentes puntos de Antioquia
por la concentraci�n de la tierra, por la
baja productividad agr�cola, especialmente
en las tierras altas, densamente pobladas
y donde los recursos econ�micos se empleaban
en el comercio; esto fue un obst�culo para
el desarrollo social para la regi�n y la
poblaci�n que no pod�a conseguir empleo
deb�a dedicarse al "Mazamorreo" o lavado
de arena en r�os y quebradas buscando oro
para poder subsistir.
Ante
este panorama miles de personas emigraron,
iniciando as� el proceso de colonizaci�n
en tierras del Estado o abandonadas.
En
el desorden, la crisis y miseria producidas
por las guerras de independencia se aceler�
la colonizaci�n, aument� el n�mero de familias
que se incorporaron a esta "Aventura" y
fundaron las poblaciones de Aguadas, Salamina,
P�cora y Neira.
Las
avanzadas colonizadoras sal�an de diferentes
pueblos de Antioquia, especialmente de R�o
Negro, Marinilla, El Retiro, La Ceja, Abejorral,
San Vicente y Sons�n, y sufr�an numerosas
penalidades. Deb�an cruzar caudalosos r�os
sin puentes, entre ellos el Arma, Chamber�,
la Honda y el Tapias. La espesura de la
selva imped�a la penetraci�n de los rayos
del sol por lo cual el suelo permanec�a
h�medo, formando inmensos pantanos camuflados
por la hojarasca, llamados "Tiembla Tiembla"
que se convert�an en trampas mortales.
Adem�s
los colonos se encontraban con tigrillos
y osos, serpientes, zancudos y mosquitos,
con avispas llamadas "Quitacalz�n" que produc�an
p�nico, y con diferentes tipos de hormigas,
entre ellas las que hac�an rondas para aprovisionarse
de comida y ahuyentaban los insectos, serpientes,
micos, conejos y a cuantos animales grandes
encontraban a su paso.
Los
colonos se mov�an por las riberas de los
r�os de r�os y quebradas y por el lomo de
las monta�as para orientarse y estudiar
el paisaje; el terreno a colonizar deb�a
poseer los siguientes elementos fundamentales:
agua, madera (especialmente guadua), �rboles
frutales y una rica fauna de animales comestibles.
Adem�s
se procuraba que el sitio seleccionado tuviese
buen clima, prefiriendo las tierras templadas
o fr�as en lugar de las c�lidas.
Como
se puede deducir la aventura colonizadora
era una empresa dif�cil, raz�n por la cual
se pon�a en boca del colono el siguiente
texto:
"A
un lado serpientes, alacranes, avispas,
tar�ntulas, cientopies, hormigas, rondadoras,
trasgos y fantasmas, diablos y demonios,
que aqu� va un hombre con hambre".
El
m�s importante explorador de las tierras
del sur fue Ferm�n L�pez, nacido en R�o
Negro, el cual despu�s de estar presente
en la fundaci�n de Salamina emigr� con su
familia hacia el sur, aproximadamente hacia
1837, y se estableci� en la regi�n de San
Cancio, donde despu�s se ir�a a fundar a
Manizales; aqu� organiz� viviendas, cultiv�
roza y sementera; pero con el �nimo de salir
de la Concesi�n Aranzazu cruz� el r�o Chinchin�
y lleg� a Cartago, se�alando de este modo
una ruta de colonizaci�n hacia Risaralda
y el Valle del Cauca.
El
Papel desempe�ado por Ferm�n L�pez reviste
gran importancia porque tras sus huellas
caminaron otras personas que viniendo de
diferentes puntos de Antioquia se sumaron
al torrente colonizador.
De
este modo Antioquia busc� salida al aislamiento
y a la crisis por medio de la Colonizaci�n.
LA
COLONIZACION EN MORROGACHO O MANIZALES
Cuando
los colonos observaban desde Neira el espinazo
de la cordillera donde hoy se encuentra
el alto de Chipre, ve�an la forma de un
morro gacho; por eso fue el primer nombre
que tuvo la regi�n.
Despu�s
de Ferm�n L�pez hay un nuevo avance colonizador
y llegaron a Morro Gacho Manuel Mar�a Grisales,
Antonio Ceballos, Joaqu�n Arango Restrepo,
Marcelino Palacio y otros muchos.
La
ruta era la siguiente: De Neira Viejo bajaban
al r�o Guacaica, de aqu� sub�an por una
dura pendiente hasta llegar a la Cuchilla
del Salao y de aqu� hasta el Alto de Chipre.
M�s tarde hubo otro camino que saliendo
del actual Neira segu�a a Pueblo Rico, de
aqu� bajaba al r�o Guacaica, despu�s a las
minas de sal del Guineo, luego a la Linda
y por �ltimo se dirig�a al Alto de Chipre.
Los
colonos llegaban provistos de herramientas:
barretones, azadones, palas, regatones,
g�inches (para rozar y desyerbar), calabozos
(especie de machete curvo para rozar), hachas,
serruchos de mano y largos para aserrar,
limas para amolar, todos estos eran elementos
fundamentales para colonizar. Pero adem�s
los bastimentos inclu�an mazorcas de ma�z
amarillo y de ma�z capio, talegas con vainas
de fr�jol, semillas de papa, colinos de
yuca, de arracacha y de pl�tano; en tarritos
peque�os transportaban semillas de plantas
medicinales y de algunas matas de adorno.
Pero
mientras cultivaban la roza y la sementera
los colonos se alimentaban de carne de monte
ya que abundaban venados, guaguas, gurres,
conejos tatabras y pavas.
Adem�s
las primeras familias dispusieron del ganado
vacuno que estaba remontado en las llanuras
al pie de la nieve del Nevado del Ruiz y
que hab�a pertenecido presumiblemente, a
una comunidad religiosa de Mariquita.
De
otro lado los colonos encontraron minas
de aluvi�n en las quebradas y en los r�os,
lo que les permiti� disponer de recursos
para comprar herramientas de trabajo, ropa
y semillas, las cuales adquirir�an en Salamina
y Neira.
En
estas condiciones el territorio conocido
como Morrogacho se pobl� r�pidamente y en
la medida que surg�an guerra civiles, nuevos
contingentes de campesinos sin tierra se
vinculaban a la aventura colonizadora huyendo
de los reclutamientos para los ej�rcitos
y de los empr�stitos forzosos para aprovisionar
las tropas.
Durante
los a�os 1842 - 1848 la regi�n de Morrogacho
fue habitada por numerosos colonos que llegaban
con sus familias y se situaron en la Linda,
El Tablazo, El Guineo, Morrogacho (Chipre),
Plan de Morrogacho (La Francia), Sancancio
y La Enea.
Los
colonos organizaron peque�as fincas para
lo cual daban los siguientes pasos: cortaban
bejucos y malezas y se constru�a el rancho
de vara en tierra con guadua en forma de
tejas largas; despu�s se realizaba la "socola"
que consist�a en limpiar el terreno de malezas,
bejucos y arbustos peque�os y luego se pasaba
a la "derriba" que consist�a en cortar los
grandes �rboles. Por �ltimo se esperaba
el verano para realizar "la quema". El fuego
se convert�a en un arma eficaz para transformar
en ceniza el rastrojo y los troncos al tiempo
que facilitaba la eliminaci�n de avisperos,
ara�as y culebras y manten�a alejados a
tigres y osos.
En
el terreno preparado organizaban la roza
que es el cultivo de ma�z y de fr�jol, productos
b�sicos de la alimentaci�n diaria: la arepa
para las tres comidas principales del d�a,
los frijoles para la comida de la tarde,
la mazamorra y el claro como sobremesa;
y el sobrante, para alimentar gallinas y
cerdos.
Despu�s
de la roza estaba la sementera o sea el
cultivo de pl�tano, yuca y ca�a de az�car
productos que contribu�an notablemente a
satisfacer las necesidades b�sicas de la
familia y se convert�an en punto de apoyo
para la fundaci�n del pueblo..
LA
FUNDACION DE MANIZALES
NACIMIENTO
Y VERTIGINOSO DESARROLLO
Desde
1846 los colonos viv�an en Neira pero
sus parcelas estaban localizadas en
numerosas fincas de Morrogacho; aqu�
produc�an art�culos de subsistencia
(ma�z, frijol, pl�tano, yuca, gallinas,
cerdos) y compraban en Neira y Salamina
la ropa y las herramientas de trabajo.
Por
estos a�os los habitantes de Salamina
y Neira ten�an un complicado pleito
con la empresa Gonz�lez-Salazar y Compa��a
que alegaba ser la propietaria de los
terrenos que se extend�an desde Salamina
hasta el r�o Chinchin�; los colonos
confundieron el r�o Guacaica (entre
Neira y Manizales), con el Chinchin�
y pensaron que si cruzaban aqu�l se
sal�an del territorio pretendido por
Gonz�lez-Salazar y Compa��a.
Por
estas razones los pobladores tomaron
la determinaci�n de fundar una poblaci�n
en Morrogacho; el 6 de julio de 1848
realizaron la llamada "Exploraci�n de
los Veinte" ya que estaba integrada
por este n�mero de personas propietarias
de fincas, aunque tambi�n participaron
algunos peones.
La
siguiente es la lista de estos exploradores
considerados fundadores de la ciudad
de Manizales: Antonio Mar�a Arango,
Joaqu�n Arango, Victoriano Arango, Pedro
Arango, Jos� Pablo Arias, Silverio Buitrago,
Antonio Ceballos, Jos� Mar�a Correa,
Jos� Joaqu�n Echeverri, Nicol�s Echeverri,
Alejandro Echeverri, Estaban Escobar,
Manuel Mar�a Grisales, Vicente Gil,
Vicente Giraldo, Juan Antonio G�mez,
Marcelino Palacio, Jos� Mar�a Pavas,
Antonio Quintero y Benito Rodr�guez.
La
Expedici�n sali� de Sancancio o Rastrojos
y se dirigi� a lo que hoy se llama La
Enea y Tesorito, estaban dispuestos
a realizar la poblaci�n en La Enea,
en una explanada que encontraron, rozaron
el monte pero pensaron que este poblado
quedaba por fuera del camino que de
Neira conduc�a a Santa Rosa de Cabal
y Cartago.
Buscaron
otro sitio en Las Minitas, en la margen
derecha de la quebrada de Olivares,
aqu� rozaron el monte trazaron la plaza
y las calles, pero tambi�n abandonaron
el sitio por quedar por fuera del camino
Neira-Santa Rosa de Cabal.
De
aqu� marcharon hacia la cuchilla de
El Carretero en el camino para La Elvira,
pero encontraron el lomo de la cuchilla
estrecho, poco s�lido y falto de agua
por lo que decidieron marchar hacia
el punto donde hoy se encuentra la Plaza
de Bol�var.
El
terreno se�alado estaba bien ubicado
como cruce de caminos y desde el punto
de vista militar, pero era la finca
de Manuel Mar�a Grisales el cual entreg�
el terreno para la fundaci�n del poblado
y para la repartici�n de lotes a condici�n
de que cada favorecido le pagara un
peso sencillo por el solar que recibiera.
Sobre
esto escribi� Grisales, a�os m�s tarde,
que el compromiso lo cumpli� solamente
don Ignacio Londo�o y agrega que "Perd�
as� todo mi trabajo de aperturas, desde
el cementerio viejo hasta la catedral,
debiendo tenerse en cuenta que en aquellos
tiempos los v�veres eran muy costosos,
porque se tra�an a espalda desde Salamina
y sudando la gota gorda, porque no hab�a
caminos". No se sabe la fecha exacta
de la fundaci�n del poblado ya que no
se hizo acta, adem�s la fundaci�n como
tal dur� varios d�as; pero de acuerdo
con los protagonistas la fundaci�n como
tal dur� varios d�as; pero de acuerdo
con los protagonistas la fundaci�n ocurri�
el mes de septiembre de 1848.
Durante
este mes se limpi� el terreno y se organiz�
la "roza de comunidad" o sea el cultivo
de ma�z y fr�jol para alimentarse posteriormente
mientras continuaban la "limpia" del
terreno. A continuaci�n se demarc� la
plaza principal llamada Bol�var, se
separ� un lote para construir la iglesia
y se repartieron los solares para los
pobladores.
Toda
esta actividad fue dirigida por Marcelino
Palacio, Manuel Mar�a Grisales, Joaqu�n,
Antonio Mar�a y Victoriano Arango, Nicol�s,
Joaqu�n y Alejandro Echeverri, Antonio
Ceballos, Vicente Gil y Jos� Mar�a Osorio,
los cuales deben ser considerados como
los m�s importantes fundadores de Manizales.
Se
tuvieron en cuenta varios nombres para
bautizar la nueva villa: Morrogacho,
Guacaica, Palestina y Manizales; pero
se impuso este �ltimo por la abundancia
de la piedra man� que es una roca gran�tica
de color gris, compuesta por mica, feldespato
y cuarzo, muy abundante en los r�os
de la regi�n.
Por
la abundancia de esta piedra la gente
dec�a que la zona era un gran manizal,
regi�n de muchos manizales.
Transcurridos
estos hechos los fundadores se preocuparon
por darle vida legal a la joven villa
ya que los terrenos estaban siendo reclamados
por la empresa Gonz�lez-Salazar y Compa��a.
En este sentido Marcelino Palacio quien
ya se hab�a enfrentado a esta empresa
inici� intensa campa�a para dejar en
claro la fundaci�n de Manizales. Para
ello habl� con don Mariano Ospina Delgado,
vecino de Salamina y Diputado de la
C�mara Provincial de Antioquia para
que presentara un proyecto de ordenanza
que considerara la creaci�n del distrito
de Manizales.
El
proyecto se present� el 16 de septiembre
de 1849, el 1 de octubre se dict� la
ordenanza de la fundaci�n y el 12 del
mismo mes fue sancionada por el gobernador,
Jorge Guti�rrez de Lara.
Despu�s
de esta ordenanza fueron nombradas las
primeras autoridades del municipio:
Antonio Ceballos, primer Alcalde; Antonio
Mar�a Arango, Juez y como Procurador,
Joaqu�n Arango. Adem�s se eligi� el
Cabildo (Concejo) el cual empez� funciones
el primero de enero de 1850. Se iniciaba
la administraci�n municipal.
VIDA
ECONOMICA
Las
primeras actividades econ�micas de los
manizale�os se reduc�an a organizar
las fincas para satisfacer las necesidades
familiares; al "mazamorreo" del oro
en las numerosas quebradas y riachuelos
de la regi�n; al saqueo de sepulturas
ind�genas (guacas) y al engorde de cerdos.
El
primer mercado fue organizado iniciando
el a�o de 1849 y se debe a la visi�n
futurista de Marcelino Palacio el cual
estaba interesado en animar la naciente
aldea fomentando la vida social.
Don
Marcelino aprovech� un domingo cuando
se hab�an congregado para rezar, e invit�
a todos para que el s�bado siguiente
trajeran para vender cualquier producto
de las huertas y sementeras y que si
algo se quedaba sin vender �l lo comprar�a.
La
plaza todav�a estaba cubierta por las
cepas de los grandes �rboles que hab�an
derribado para limpiar el terreno, sin
embargo el s�bado siguiente se presentaron
los campesinos con lo mejor de su producci�n
y escribe el historiador Jos� Mar�a
Restrepo Maya que se trajeron a la plaza
pepinos, arracachas, pl�tanos, yucas,
ma�z, frisoles, panelas, uchuvas y dulunsogas
y todo lo colocaron "sobre las mesas
de los troncos o cepar de los �rboles,
de manera que el conjunto derec�a un
abigarrado y pintoresco surtido de productos
vegetales; todo se vendi� ese d�a, y
don Marcelino no tuvo que comprar nada
que se hubiera quedado.
Desde
1850 la aldea se ven�a caracterizando
por la cr�a de cerdos en las huertas,
no hab�a una sola casa de teja sino
ranchos pajizos y los cerdos corr�an
libremente por las calles de la peque�a
aldea por lo cual algunos vecinos se
quejaban ante el cabildo. Al respecto
dec�a don Marcelino Palacio: "Estos
demonios nos tumban las casas pero tambi�n
ayudan a reconstruirlas mejores".
Un
aspecto que ayud� al desarrollo de la
joven aldea fue el contrato celebrado
(junio 8 de 1853) entre el gobierno
central y la empresa Gonz�lez-Salazar
y Compa��a, que puso fin al pleito entre
los colonos y la Empresa; sobre esta
base recibieron parcelas o t�tulos de
propiedad 1.154 personas que estaban
viviendo en el Distrito hasta el mes
de octubre de 1853. De este modo los
colonos se vieron estimulados a desarrollar
la producci�n en la tierra recibida.
Mientras
tanto nuevos grupos de colonos segu�an
huyendo de la miseria y de las guerras
civiles y se asentaban en la tranquila
aldea de Manizales ayudando a desarrollar
la vida econ�mica.
LOS CAMINOS DE
HERRADURA
La ubicaci�n de Manizales sobre el lomo
de la cordillera la convirti� en punto
obligado para el cruce de caminos ya
que pod�a comunicar el Estado de Antioquia
con el Cauca y por el P�ramo con el
Tolima y el r�o Magdalena; adem�s, era
sitio estrat�gico desde el punto de
vista militar.
los
manizale�os que estuvieron presentes
en la fundaci�n vislumbraron estas posibilidades
y trazaron las rutas para unir la joven
aldea con Neira, Salamina y Sons�n,
por el norte; con Cartago y el Estado
del Cauca por el sur; y hacia el oriente,
dos caminos -por el p�ramo del Ruiz-,
la unieron con el comercio de la pr�spera
ciudad de Honda y con el r�o Magdalena.
.
EL CAMINO DEL
NORTE:
El
primer camino fue el del norte o ruta
a Neira llamada camino de la colonizaci�n
porque se dirig�a a Salamina y de aqu�
a Abejorral y hacia el coraz�n de Antioquia
de donde llegaba un torrente constante
de colonos.
Pero
esta ruta era peligrosa y dif�cil a
juzgar por la descripci�n hecha por
don Manuel Pombo en 1852 el cual dec�a
que el camino era de "prdeundos barrizales,
plagados en su fondo de redes de ra�ces,
que enredaban los cascos de las bestias;
derrumbaderos empinados, de greda amarilla
y brillosa o de tierra negra deleznable,
en donde no se pod�a afirmar los pies,
y en cuyo descenso rodaban confundidos
jinete y mula; troncos ca�dos, maleza
que cerraba el paso, p�as y estacas
por todas partes, �rboles que goteaban
por todas las ramas... nosotros y nuestras
mulas ten�amos lodo desde los pies hasta
la cabeza, y, a pesar del brandy, la
humedad nos tra�a entumecidos. En cuanto
a ca�das y golpes, cada cual pudo al
principio numerar los suyos; mas luego
fueron tan consecutivos, que se hizo
preciso cortar las cuentas".
EL
CAMINO DEL RUIZ:
El
cabildo empez� la construcci�n de esta
v�a en el a�o 1850 buscando poner en
contacto a Manizales con Ambalema en
el Tolima, para favorecer el intercambio
comercial entre las dos provincias y
con el r�o Magdalena.
El
camino segu�a la siguiente ruta: Manizales
- Termales - Cueva de Gual�, donde pernoctaba,
- Cueva de Toro, donde tambi�n se descansaba,
- Cueva de Nieto, otro sitio para pernoctar,
- Murillo - L�bano - Ambalema.
Para
el a�o de 1852 esta ruta se hac�a normalmente
en cinco d�as desde Manizales a El L�bano.
Este
camino ten�a el problema del intenso
fr�o que se deb�a soportar en el P�ramo
del Ruiz, no hab�a posadas para pernoctar
y el �nico albergue lo derec�an las
cuevas.
EL
CAMINO DE AGUACATAL O DE LA ELVIRA:
El
cabildo emprendi� la construcci�n de
esta v�a en 1865 y aunque es otra ruta
al r�o Magdalena; evitaba el paso del
nevado de El Ruiz pero se enfrentaba
con una dura pendiente hasta llegar
a la planicie del P�ramo de Aguacatal.
El
camino segu�a la siguiente ruta: Manizales
- La Elvira - P�ramo de Aguacatal -
Soledad - Mariquita.
Esta
v�a era m�s corta que la del Ruiz y
al vincular a Manizales con Mariquita,
Honda y el r�o Magdalena se impuls�
el comercio de importaci�n y de exportaci�n
en forma asombrosa.
LA
ARRIERIA
Por
estos caminos se desarroll� la arrier�a,
pero fue el comercio del cacao el que
inici� la arrier�a como empresa en la
aldea de Manizales.
El
transporte del cacao funcionaba del
siguiente modo: De Cartago llegaba a
Manizales donde entraba a los dep�sitos
y de aqu� se llevaba en recuas de mulas
para Arma, de donde lo enviaban para
Medell�n. En viaje de regreso las recuas
se ven�an cargadas con mercanc�as (telas,
herramientas, etc.) para el mercado
de Manizales. De Ambalema se tra�a tabaco,
cobijas y mantas; de Honda se tra�a
abarrote y se llevaba caf� para la exportaci�n
por el r�o Magdalena.
Despu�s,
hacia 1880, es tan grande el fen�meno
de la arrier�a que en Manizales hab�a
152 mulas y caballos para viajeros;
300 bueyes y mulas para el acarreo de
v�veres y materiales de construcci�n
y 1200 bueyes para transportar mercanc�as
hacia diferentes puntos fuera del distrito.
A
principios del siglo XX Manizales es
un gran centro exportador de caf� e
importador de mercanc�as, y los transportadores
utilizaban diez mil bueyes para mover
la carga entre esta plaza y Honda.
En
Manizales se prefiri� el buey para el
transporte ya que aunque es m�s lento
que la mula, es m�s fuerte y transita
mejor por los caminos dif�ciles en �poca
de invierno, adem�s resist�a las fuertes
heladas del p�ramo.
En
bueyes trajeron piezas de enorme peso
como estatuas, pianos, �rganos, trapiches
y calderas; para su transporte se utilizan
la parihuel que consist�a en aparejar
dos o cuatro bueyes unidos por dos guaduas
o palos redondos.
Las
recuas empezaron con peque�as partidas
de cinco a 20 bueyes pero no todos cargados
porque se dejaban algunos en pelo para
ayudar a los enfermos o cansados; con
el tiempo aumentaron los empresarios
de arrier�a, los arrieros y las recuas.
Para principios de siglo hab�a en Manizales
numerosas recuas de 50 bueyes que viajaban
constantemente por el p�ramo hacia el
Tolima, siendo las m�s importantes las
de los hermanos Estrada Botero (F�lix,
Diego, Tiberio y Emiliano), los mayores
empresarios de la arrier�a en Manizales;
tambi�n eran famosas las recuas de Justiniano
Londo�o, padre del pol�tico y orador
Fernando Londo�o Londo�o.
En
cuanto a los arrieros t�picos, el m�s
destacado en Manizales fue Francisco
Antonio Echeverri, "Coto�o".
C�mo
funcionaban las recuas?
Una
recua de 15 o m�s mulas o bueyes la
manejaban normalmente cuatro arrieros
que se distribu�an a lo largo de la
caravana, un muchacho que iba adelante
conduciendo por la nariguera al buey
madrino, el sangrero, que se encargaba
de la comida, y varios perros.
La
recua marchaba alegre animada por los
ladridos de los perros, por las campanillas
del buey madrino y por los silbos, gritos
e interjecciones producidas por los
arrieros; �stos a su vez permanec�an
atentos para guiar los bueyes en los
malos pasos, ensanchar caminos y componer
las cargas cuando se ladeaban.
Los
arrieros vest�an con pantalones remangados
a la altura de la pantorrilla, camisa
gruesa, sombrero aguade�o, alpargatas
de cabuya, poncho, mulera, pa�uelo raboegallo,
larga peinilla de muchos ramales, carriel
de nutria y largo zurriago.
Viajaban
con el hatillo que inclu�a ollas para
cocinar, el tarro de guadua con las
velas, un toldo para acampar, y el bastimento
conformado por carne, tocino, frisoles,
panela, chocolate con harina, caf�,
las estacas (masas de ma�z cocinado
con chicharr�n de empella envueltos
en hojas de vihao) y bizcocho de arriero
(costras grandes y delgadas de ma�z
capio, con mantequilla y huevo que se
asaban en un plato de barro llamado
"callan").
La
arrier�a fue una actividad de gran importancia
econ�mica y social, ya que ayud� a convertir
a Manizales en destacada plaza comercial.
A su vez los empresarios de la arrier�a
tuvieron enorme figuraci�n social y
sus nombres son recordados con orgullo
por la generaci�n de manizale�os que
vivieron esta �poca; entre �stos se
destacaron Gabriel Arango, F�lix Mar�a
Henao Angel, Manuel Henao, Justiniano
Londo�o y los hermanos Estrada Botero.
GUERRAS
CIVILES
Manizales
estaba muy bien situada, desparramada
sobre la cordillera, lo que le permit�a
mirar hacia Neira y Aranzazu, o sea
hacia el norte; pero tambi�n pod�a observar
en direcci�n a Villamar�a y hacia el
sur, controlando el Estado Soberano
del Cauca. Ocupaba pues una estrat�gica
posici�n en medio de dos estados federales
en permanente conflicto.
Hacia
mediados del siglo XIX hab�a un ambiente
general de guerra. Se peleaba por las
consecuencias de las guerras de independencia,
por el poder de los militares, por el
latifundio, por las desigualdades econ�micas
y sociales, por la desorganizaci�n del
Estado, por la religi�n y por el federalismo.
El
ambiente de guerra se extend�a por doquier
y alcanz� tambi�n el caser�o de Manizales,
fortaleza inexpugnable, considerada
un "nido de �guilas" y el "Gibraltar
antioque�o".
Este
ambiente hab�a sido entendido por el
General Pedro Justo Berr�o y por otros
dirigentes de Antioquia para los cuales
Manizales era "la m�s linda perla del
sur de Antioquia" por ser baluarte militar
y por el desarrollo econ�mico y social
que ven�a alcanzando a pasos agigantados.
Quiz�s
fue el escrito Otto Morales Ben�tez
el primero en se�alar la importancia
que adquiri� la joven aldea de Manizales
por los conflictos b�licos, ya que aqu�
permanec�a siempre un destacamento militar
el cual hab�a que abastecer con alimentos
producidos en la regi�n. Y agrega el
doctor Morales Ben�tez que las guerras
de 1860 y 1876 fueron acontecimientos
vitales para la vida de Manizales "y
el alcance de ellos radica, en sus ulteriores
desarrollos, en el pensamiento pol�tico
colombiano. Lo que une indefectiblemente
a Manizales a episodios de la Rep�blica
de la mayor resonancia ideol�gica. All�,
pues, se gestaron grandes transformaciones,
a trav�s de la guerra. Quiz�s algunos
hallen ligeramente optimista nuestro
juicio, pero las conclusiones nos favorecen
en el balance final"
LA GUERRA DE 1860
O LA ESPONSION DE MANIZALES:
En
el a�o de 1858 siendo presidente del
pa�s Mariano Ospina Rodr�guez se aprob�
una constituci�n que implant� el sistema
federal y se dividi� la Rep�blica en
ocho estados.
Estas
medidas del Presidente fueron ampliamente
criticadas por los dirigentes liberales
los cuales planteaban que de este modo
se iba a perpetuar el conservatismo
en el poder.
En
este ambiente el General Tom�s Cipriano
Mosquera se declar� en rebeld�a y promulg�
el derecho de mayo 8 de 1860 separando
el Estado del Cauca de la Confederaci�n
Granadina.
Por
su parte el gobierno de Antioquia se
movi� con rapidez y situ� el ej�rcito
y el Estado Mayor en "La cuchilla de
Manizales", donde estaban los generales
Joaqu�n Posada Guti�rrez y Braulio Henao.
Este �ltimo cruz� el r�o Chinchin� que
era el l�mite entre Antioquia y el Cauca
y avanz� por territorio caucano hasta
la Aldea de Mar�a (Villamar�a) y Santa
Rosa donde choc� con las tropas liberales
del Cauca (11 de agosto); finalmente
las tropas conservadoras regresaron
a Manizales y el General Mosquera se
situ� con su ej�rcito en la Aldea de
Mar�a, el 25 de agosto.
Las
tropas de Mosquera estaban integradas
por 3.500 hombres de infanter�a, 500
de caballer�a, cinco ca�ones, banda
de m�sica y abundante parque, pero al
mirar hacia Manizales, situada en todo
lo alto, entendi� como buen estratega,
que la arrugada geograf�a favorec�a
a los antioque�os, por lo tanto plante�
una negociaci�n la que se realiz� el
d�a 26 en el puente sobre el r�o Chinchin�,
entre la aldea de Mar�a y Manizales,
pero no llegaron a ning�n acuerdo y
se inici� la batalla el d�a 28.
Los
manizale�os se hab�an preparado aprovechando
las ventajas que brindaba el terreno.
Para
ello el Coronel Braulio P�rez Pagola
situ� las tropas en los puntos m�s estrat�gicos
y peligrosos como la colina que hoy
corresponde al Alto de Chipre, el Alto
de San Antonio, la salida para La Linda
y la loma que queda frente a la quebrada
de Olivares. De otro lado en todo el
filo del callej�n El Carretero, que
despu�s se llam� Avenida Cervantes,
se organizaron numerosos huecos y se
camuflaron con ramas, de suerte que
las primeras caballer�as que entraron
se enredaron en las trampas mortales.
Adem�s en parte de este filo a�n permanec�an
las cepas de los grandes �rboles derribados
y fueron utilizadas como empalizadas
para detener la invasi�n.
Pero
del ej�rcito liberal apareci� por donde
no lo esperaban, utiliz� la noche del
d�a 27 para moverse con sigilo y s�lo
descubrieron su maniobra a las 5:30
de la ma�ana del d�a siguiente d�ndose
inicio a la batalla. A las siete horas
de intensa lucha el ej�rcito liberal
cay� en la trampa de los huecos y se
retiraron en desorden hacia la aldea
de Mar�a dejando numerosos cad�veres
y caballos heridos.
Mosquera
observ� que no hab�a sido perseguido
por las tropas antioque�as y lleg� a
la conclusi�n que en Manizales no se
hab�an dado cuenta de su desastre por
lo cual disfraz� su derrota y reorganiz�
el ej�rcito.
Mientras
esto suced�a le informaron que los liberales
hab�an sido vencidos en Santander, por
lo tanto nada le favorec�a y opt� por
izar bandera blanca convencido de no
poder tomarse la aldea de Manizales.
El
d�a 29 Mosquea envi� un delegado a conferenciar
con los Generales Joaqu�n Posada y Braulio
Henao y le propuso una Esponsi�n militar
(promesa o compromiso), los Generales
antioque�os aceptaron y se reunieron
para negociar bajo un toldo en el camino,
en el filo del Carretero.
Al
d�a siguiente, 30 de agosto, se firm�
el pacto en una casa de habitaci�n en
Versalles, en el camino que iba para
Solferino. Por este acuerdo el General
Mosquera se comprometi� a suspender
toda hostilidad contra el gobierno central,
retirarse al Cauca y desarma su ej�rcito,
si el convenio era aprobado por el gobierno
nacional. As� mismo la ciudad de Manizales
quedar�a como plaza neutral y su ej�rcito
se retirar�a a Salamina.
Pero
los conservadores de Bogot� no aceptaron
el armisticio de Manizales y continuaron
las hostilidades.
Mosquera
gan� mucho con este acuerdo ya que se
retir� al Cauca para reorganizar su
ej�rcito y continuar la guerra, organiz�
las fuerzas liberales en varios Estados
y finalmente se tom� a Bogot� el 18
de julio de 1861.
La
importancia de la Esponsi�n de Manizales
consiste en que su no-aprobaci�n por
el gobierno nacional se convirti� en
el principio de la derrota de los conservadores
en la guerra de 1860, lo que produjo
la nueva presidencia de Mosquera, la
separaci�n de la Iglesia y el Estado
y la Constituci�n de Rionegro.
Debido
a la guerra Manizales se convirti� en
la ciudad m�s importante del sur de
Antioquia por la concentraci�n en esta
plaza de recursos econ�micos para sostener
el ej�rcito lo que ayud� al desarrollo
econ�mico de la regi�n, adem�s Manizales
se transform� en un fort�n conservador
y aument� su influencia pol�tica a nivel
nacional.
LA GUERRA CIVIL DE 1876:
Hasta
1876 Manizales vivi� un per�odo de auge
econ�mico y paz social por el ambiente
creado en Antioquia durante los gobiernos
de Pedro Justo Berr�o y Recaredo de
Villa. Pero esta paz se rompi� durante
el gobierno liberal del Presidente Aquileo
Parra debido al problema religioso.
Paulatinamente
se hab�a venido creando un ambiente
contra la Iglesia mediante leyes y medidas
para quitarle poder econ�mico y social:
suspensi�n de conventos menores, libertad
de cultos, expropiaciones y ense�anza
laica. En general las medidas estaban
dirigidas a quitarle influencia y base
social al Partido Conservador ya que
�ste se cubr�a con el manto religioso.
La
guerra empez� en julio 1876 contra el
"ate�smo liberal" cuando algunos conservadores
de levantaron contra el gobierno del
Cauca iniciando as� la guerra que r�pidamente
se extendi� a otros Estados.
De
nuevo Manizales se convirti� en plaza
fuerte por su condici�n de ciudad frontera
aqu� se concentr� parte del ej�rcito
de Antioquia a �rdenes de los generales
Jos� Mar�a Guti�rrez, Cosme Marulanda
y de los coroneles Francisco Caramillo
y Juan Manuel Llanos.
Las
tropas se prepararon para invadir el
Estado del Cauca antes de partir asist�an
a misa y el padre Nazario Restrepo les
pon�a a los soldados de Manizales un
escapulario del Coraz�n de Jes�s y una
banda de g�nero con la divisa: "Dios,
Patria y Libertad", despertando as�
el fervor religioso contra los liberales.
Pero
las fuerzas conservadoras fueron vencidas
el 31 de agosto en la batalla de los
Chancos por el general Juli�n Trujillo
y se refugiaron en Manizales donde la
noticia hab�a producido p�nico general.
Para preparar un nuevo ej�rcito lleg�
a la ciudad el general Marcelino Veles
con el objetivo de fortificarse y preparar
una nueva invasi�n al Estado del Cauca.
Mientras
tanto el general Juli�n Trujillo marchaba
desde el Cauca hasta Manizales y se
situ� en Villamar�a; y desde el Tolima
otro ej�rcito, dirigido por el general
Santos Acosta, amenazaba a Manizales.
Trujillo
se fortaleci� en los puntos claves que
rodean a Manizales: El Tablazo, La Manuelita,
Alto de la Pava, La Caba�a, El Rosario,
Morrogacho y el Arenillo; y el general
Marcelino V�lez no hac�a nada.
En
un ambiente tan complicado renunci�
el Presidente del Estado de Antioquia,
don Recaredo de Villa, siendo reemplazado
por don Silverio Arango P. el cual empez�
a ejercer desde la ciudad sitiada, y
para agravar m�s la situaci�n el general
Marcelino V�lez abandon� la ciudad lo
que fue aprovechado por el general Juli�n
Trujillo para estrechar su cerco sobre
Manizales.
De
este modo la ciudad fue rendida el 5
de abril de 1977 y se firm� la capitulaci�n
del Alto de San Antonio (abril 6) poniendo
t�rmino a la guerra.
La
importancia de las guerras para Manizales
radica en que a pesar de ser una peque�a
aldea se uni� a la regi�n y al pa�s
por la calidad de los fen�menos que
aqu� se plantearon.
Sobre
este aspecto escribi� Otto Morales Benitez
que:
"Las
guerras no valen por los muertos, no
por su duraci�n, ni por el semblante
tr�gico que imprimen los pueblos sino
por las orientaciones que desatan sobre
la historia. Esas dos contiendas le
dieron cauces al pa�s, en forma tal
que aun todav�a hay instituciones que
nacieron en el final de ese fragor b�lico.
Por ello hemos detenido, con mirada
curiosa, nuestra indagaci�n sobre los
procesos militares que atravesaron la
aldea. Queremos relievarlos para que
se entienda c�mo Manizales, desde las
primeras horas de la Rep�blica, ha tenido
participaci�n en hechos fundamentales,
que le dan fisonom�a muy propia".
Si
bien la peque�a aldea de Manizales fue
conocida en todo el pa�s por los hechos
sucedidos en sus calles y colinas, la
guerra la favoreci� en todos los �rdenes.
Manivela
se convirti� en centro directivo alcanzando
la categor�a de capital del Departamento
del Sur y por consiguiente fue trasladada
la Prefectura que estaba en Salamina;
y en cuanto a lo econ�mico se fortaleci�
notablemente debido a los miles de soldados
que permanec�an en la regi�n, por lo
tanto los campesinos comerciantes de
Manizales y de los pueblos vecinos lograban
vender sus productos a esta poblaci�n
en aumento, ya que cada soldado recib�a
como raci�n diaria una libra de carne,
una de panela, un poco de arroz, un
pu�ado de sal y un real de plata.
La
guerra del 76 cambi� las costumbres
de los manizale�os por la influencia
de los soldados Caucanos que permanecieron
en la ciudad y de otro lado la ideolog�a
liberal fue penetrando lentamente en
este basti�n conservador de Antioquia.
DESARROLLO
URBANO: EVOLUCION DE LA ALDEA
El
verdadero desarrollo urbano de la Aldea
se produjo a partir del convenio (febrero
9 de 1851) entre la empresa Gonz�lez-Salazar
y Compa��a y el cabildo.
Las
dos partes acordaron:
1.
Fijar la poblaci�n un �rea de 40 cuadras,
a partir de la plaza tomando 10 cuadras
a cada lado.
2.
Declarar como propiedad del distrito,
25 cuadras de tierra en monta�as, para
beneficio de los habitantes.
3.
Destinar dos solares en la plaza, para
la iglesia.
4.
Destinar un local para escuela
5.
Demarcar calles, caminos, plaza y cementerio.
6.
Cada vecino recibir� un solar y tendr�
seis meses de plazo para construir su
casa.
Para
esta �poca exist�an s�lo 476 casas en
el �rea urbana ya que la mayor�a de
los habitantes viv�an en sus parcelas,
pero debido al convenio anterior hay
un vivo inter�s en formar un pueblo
de verdad, y las personas m�s acomodadas
se dedicaron a construir ranchos de
bahareque, con techo de c�scaras de
cedro y hojas de yarumo.
Pero
a pesar del acuerdo anterior el pueblo
se urbaniza sin un plano topogr�fico
que orientara su crecimiento el cual
era tan caprichoso que la Aldea se conoc�a
con el nombre peyorativo de la "ca�ada
de Manizales".
El
sobrenombre iba de acuerdo con la realidad
ya que el terreno estaba integrado por
ca�adas y colinas que dificultaban la
formaci�n de las calles, por lo cual
el cabildo de 1864 contrat� un agrimensor
de la ciudad de Buga, el Dr. R�mulo
Dur�n, para que "aplanara el terreno".
El
Dr. Dur�n propuso primero "hacer el
terreno" mediante la construcci�n de
calzadas y rellenando las prdeundas
depresiones, buscando de este modo cierta
nivelaci�n.
Pero
era claro para el agrimensor la imposibilidad
de lograr la nivelaci�n total del terreno
ya que al estar el pueblo situado sobre
un suelo tan arrugado, era absurdo pretender
una lucha contra la naturaleza para
lograrlo.
De
este modo se fue proyectando la ciudad
del futuro, por medio del sistema de
banqueos y rellenos; esto hizo surgir
el dicho popular: "en Manizales para
construir, hay que hacer primero el
terreno".
Para
tener una idea de lo que era la Aldea
de Manizales a los 15 a�os de fundada
y los cambios que se le hicieron al
terreno para quitarle el remoquete de
la "ca�ada de Manizales", veamos los
siguientes casos".
-
Para hacer el Parque de Bol�var se hizo
un enorme banqueo el cual lleg� a tener
por un costado m�s de 12 metros de altura.
-
Para formar la Plaza de los Fundadores
fue necesario banquear una enorme colina
llamada el Alto de �o Pedro Zapata.
-
El sitio donde se ubic� la primera plaza
de mercado era un cerro rodeado de ca�adas
al norte, al oriente y al sur; con ayuda
del agua se banquearon los cerros y
con esa tierra se rellenaron los precipicios.
De
este modo se "hacia" el pueblo en un
per�odo de masivas y continuas migraciones
favorecidas por las guerras civiles;
los censos de la �poca muestran el crecimiento:
Pero
para atender mejor el aumento de la
poblaci�n veamos la distribuci�n de
los habitantes por actividades seg�n
el censo de 1870:
.
A�OS
|
POBLACION
|
1851
|
2.789
|
1870
|
10.362
|
1884
|
14.603
|
ACTIVIDAD
|
NUMERO
DE PERSONAS
|
Agricultores
|
2.746
|
Ganaderos
|
2
|
Mineros
|
68
|
Comerciantes
|
152
|
Arrieros
|
38
|
Sirvientes
|
69
|
M�dicos
|
4
|
Artistas
|
6
|
Estudiantes
|
448
|
Institutores
|
14
|
Sacerdotes
|
3
|
Vagos
|
3
|
.
De
este censo llama la atenci�n que Manizales
era fundamentalmente agr�cola y con
gran desarrollo del comercio y de la
miner�a. Tambi�n es importante la cifra
de estudiantes, m�dicos, sacerdotes.
El n�mero relativamente alto de sirvientes
significa que hab�a muchas personas
acomodadas.
El
crecimiento de Manizales se favoreci�
no s�lo por el fen�meno colonizador
sino por la situaci�n pol�tica creada
por las guerras y por el auge econ�mico
que estimul� su desarrollo.
Ni
siquiera los fuertes temblores espantaron
a los manizale�os, pero produjeron muchos
da�os en las edificaciones, que en esa
�poca se hac�an en tapia. Veamos los
m�s importantes temblores de ese entonces:
El
18 de mayo de 1875 a las 11 de la ma�ana
se sinti� un fuerte temblor que produjo
severos da�os en los tres torreones
que adornaban el frontis de la iglesia.
En
febrero de 1878 hubo otro que caus�
leves da�os pero produjo p�nico. En
noviembre del mismo a�o un nuevo temblor
derrib� la portada de la iglesia, muchas
casas se agrietaron otras cayeron.
El
5 de noviembre de 1884, a media noche,
un lento terremoto averi� el frontis
de la iglesia y hubo que demolerlo.
Debido
a los temblores que produjo un cambio
en el sistema de construcci�n que consist�a
en edificar el primer piso en tapias
y el segundo en madera, o se hac�a la
base da ladrillo y cal y sobre ella
se levantaban tabiques dobles de madera
revestidos de tablas o de guadua, estilo
que se impuso y fue llamado "temblorero".
Acerca
de los temblores dec�a el viajero alem�n
Friedrich Von Schenck, lo siguiente:
"Los
frecuentes y fuertes terremotos de los
a�os 1875 y 1878 s�lo interrumpieron
moment�neamente el crecimiento de la
ciudad. Apenas transcurridos algunos
meses sin movimiento y calmadas ya las
mentes, los refugiados, junto con nuevos
inmigrantes, regresaron a la ciudad,
en cuyas esquinas aparecieron otra vez
dedicados a sus labores los alba�iles
y carpinteros. El convencimiento de
que en Manizales se pod�a hacer dinero,
y el deseo de aprovechar esa oportunidad,
dominaron en el aventurero antioque�o
el bien fundado miedo ante el intranquilo
volc�n del Ruiz".
De
este modo el pueblo sigui� su marcha
y los manizale�os recitaban los siguientes
versos que se escuchaban en el sur de
Antioquia:
Mi
querida Manizales
Ilustre
ciudad brillante.
Hija
de unos limosneros
y
creces como gigante!
Y
estos otros versos donde se expresaba
el deseo de luchar por la mayor�a de
edad:
Opulenta
Manizales,
Que
cerca del Ruiz naci�,
C�mo
ha dejado en pa�ales
A
Antioquia que el ser le dio!
Manizales,
por su magn�fica ubicaci�n de paso obligado
de la colonizaci�n hacia el sur, Pereira
y Quind�o, y hacia el oriente, Tolima,
se convirti� en despensa agr�cola y
ganadera y en importante plaza comercial.
Los
sectores de desarrollo son los siguientes:
LA
FINCA CAMPESINA AUTOSUFICIENTE:
El
secreto de la colonizaci�n como fen�meno
de enorme fuerza social es la finca
campesina de nivel medio en la cual
cumpl�an las siguientes fases:
-
El colono y su familia se enfrentan
al bosque, tumban los �rboles y preparan
el terreno para la siembra.
-
Se organiza la roza, unidad agr�cola
que se fundamenta en el ma�z y en el
fr�jol.
-
En la siguiente fase el campesino cultiva
la sementera, caraceterizada por los
cultivos de pl�tano, ca�a y yuca.
-
Entre la se�ora y la abuela organizan
la huerta, que en una parcela peque�a
junto a la casa y cercada con latas
de guadua o de ca�abrava, aqu� se cultivan
hortalizas y plantas medicinales.
-
Al mismo tiempo se pone especial esmero
en el gallinero ya que la gallina suerte
de huevos y de carne, especialmente
durante los primeros a�os de colonizaci�n.
-
La familia se dedica a cuidar los cerdos
los cuales son alimentados con los sobrantes
de la finca, convertidos en aguamasa.
-
Esta fase culmina con la organizaci�n
del trapiche panelero para moler la
ca�a y satisfacer sus propias necesidades
de miel y de panela.
Lo
ideal para el campesino era lograr desarrollar
en su finca todo el proceso anterior.
Para el caso de Manizales nuestros colonos
laboraban mercadear los productos de
roza y de la sementera por las condiciones
propias del ej�rcito que permanec�a
acantonado en la Aldea; pero cuando
se presentaron las primeras condiciones
de una econom�a embotellada, el ma�z
y el fr�jol sobrantes de transformaban
en aguamasa para engordar cerdos los
cuales eran llamados la "alcanc�a del
pobre" y contaban con mejor mercado.
Tambi�n ten�an demanda productos como
la miel, la panela y las gallinas.
De
este modo se fue configurando la finca
integral y autosuficiente la cual garantizaba
el desarrollo de una familia numerosa,
apegada a la tierra, que vend�a productos
en el mercado y compraba otros, que
ten�a casa en el pueblo y participaba
de la vida social de la joven aldea.
LOS
HACENDADOS:
Cuando
los colonos se hab�a afianzado econ�micamente
en sus parcelas y sacaban mercanc�as
para vender en los mercados, aparecieron
mineros y comerciantes los cuales compraron
bald�os del Estado, o de la empresa
Gonz�lez-Salazar y Compa��a o de los
colonos, para montar haciendas y sembrar
ca�as de az�car, tabaco y pasto para
ganader�a.
Uno
de los m�s importantes hacendados fue
Pantale�n Gonz�lez, hijo de don El�as
Gonz�lez uno de los socios de la empresa
Gonz�lez-Salazar y Compa��a. Don Pantale�n
hab�a heredado unas 25.000 hect�reas
de tierra en un inmenso lote que iba
desde la quiebra de V�lez y el Guineo
hasta el r�o Cauca, y all� form� las
haciendas La M�quina (La Arabia), Colombia,
Alejandr�a, La Fonda, El Charco y otras.
Con el sistema de agregados, aparceros
y peones organiz� la "tumba" de monta�as
para cultivar pasto y ca�a de az�car,
organiz� trapiches paneleros y mont�
plantaciones de caf�.
Se
destacaron tambi�n Gabriel Arango, el
cual import� un toro de Holanda (en
el a�o 1875) y organiz� hermosas haciendas
con ganado seleccionado; Justiniano
Mej�a, trajo reses de San Mart�n y la
Ceja (en 1884); Jos� Mar�a Mej�a introdujo
la raza Dorhan de Bogot� (1886) y Jos�
Francisco Jaramillo trajeron ganado
cruzado de Dorhan y Ang�s.
Los
hacendados Benicio Angel y Julio Castro
impulsaron la ganader�a sembrando los
nuevos pastos Par�, Janeiro y Micay,
adem�s introdujeron la moda de construir
cercos con alambre de p�as el cual importaban
directamente, descontinuando los de
guadua rajada, postes de madera y palos
redondos amarrados con bejucos, que
eran los cercos tradicionales.
Casi
todos los hacendados de Manizales recibieron
la ayuda del millonario don Lorenzo
Jaramillo, de Sons�n, el cual les prest�
dinero para tumbar el bosque y sembrar
los nuevos pastos como par�, el india,
el guinea, el yaragu� y el micay.
La
regi�n de Santa Agueda (Sant�gueda)
fue colonizada por don Ignacio Villegas
Echeverri y su hermano Federico los
cuales, utilizando el trabajo de peones
asalariados, organizaron una hacienda
de 740 hect�reas en pasto para ganader�a,
despu�s organizaron las fincas El Rosario,
Playa Rica y Contaderos, para ganader�a
y ca�a de az�car.
Estos
empresarios conformaron s�lidas fortunas
y luego se dedicaron al cultivo del
caf� y al comercio de arrier�a.
LOS CULTIVOS DEL CAFE.
LA ETAPA DE LOS PIONEROS
El
caf� fue introducido a Manizales desde
antes de la fundaci�n ya que muchos
colonos echaban en su equipaje los granos
de caf�. Pero no hab�a una cultura cafetera
y su consumo se reduc�a a la excentricidad
de algunas pocas familias que lo beb�an
aunque no todos los d�as.
El
primero que "cometi� la locura" de cultivar
caf� en Manizales fue Eduardo Walker
Robledo, de Sons�n, que organiz� en
el a�o de 1864 un peque�o cafetal de
mil arbolitos en su finca de La Caba�a.
El inter�s de don Eduardo era producir
caf� para las necesidades de su casa
y para el mercado pero seg�n parece
nadie le compraba y ten�a que consumirlo
con su familia. Este ejemplo fue seguido
en 1870 por Marcelino Palacio quien
sembr� 400 arbolitos en su finca Sebastopol
y por Manuel Mar�a Grisales el cual
organiz� un peque�o cafetal en "La Playa".
En
1875 lleg� a Manizales el Bogotano J.
Ernesto Mogoll�n quien organiz� un establecimiento
para vender caf�, pero fue un fracaso
ya que muy pocas personas lo consum�an
y los que tomaban tinto lo hac�an en
sus casas despu�s de las comidas.
Pero
en 1878 don Antonio Pinz�n, venido de
Santander y casado en Medell�n con la
se�ora Mercedes Posada, organiz� en
su finca El Aguila un cafetal de 10.000
arbustos considerado inmenso en la �poca.
Este ejemplo, m�s las experiencias que
se ten�an en Cundinamarca, hizo pensar
a la clase dirigente de Manizales en
las posibilidades del caf� y se inici�
una pol�tica cultural desde los peri�dicos
"La Serenata" (1878) y "Los Ecos del
Ruiz (1880), para comprometer en su
cultivo a campesinos y hacendados.
Los
hacendados prefer�an dedicarse a la
ganader�a o a la ca�a de az�car que
al caf� ya que este producto ten�a "mala
imagen"; por ejemplo el hombre m�s rico
de Antioquia, Pepe Sierra, dec�a que
el caf� era un "negocio de pobres" y
esta posici�n hab�a hecho carrera en
el sur de Antioquia hasta Manizales.
Pero
las alzas de los precios del caf� fueron
un est�mulo para su cultivo en muchas
regiones del pa�s y en Manizales. El
precio del caf� colombiano en Nueva
York se elev� de 10.6 centavos la libra
en 1887 a 18.8 en 1893; esta coyuntura
movi� a muchos hacendados de Manizales
a organizar haciendas cafeteras para
lo cual utilizaron las ganancias obtenidas
en la ganader�a, ca�a de az�car y arrier�a
para montar haciendas de caf�.
Para
esta �poca la colonizaci�n pr�cticamente
hab�a llegado a su fin; ya no hab�a
tierras para repartir y los colonos
que inmigraban se deb�an emplear como
peones en fincas y haciendas.
En
esta etapa se formaron grandes haciendas
de caf� en Manizales: La Manuela, de
Pedro Jos� Mej�a J.; La China, de Jos�
Jes�s Restrepo; La Fonda, de Pantale�n
Gonz�lez; La Linda, de Roberto Guti�rrez
V�lez; el Arenillo, de Carlos Pinz�n
y otras muchas.
Por
otro lado los peque�os y medianos campesinos
se dedicaron tambi�n a cultivar caf�
organizando peque�os cafetales pero
sin descuidar las otras unidades econ�micas
como la roza y la sementera.
De
este modo la finca familiar se articulaba
m�s al mercado asumiendo con mayor firmeza
su papel autosuficiente.
.
EL
REMATE DE RENTAS DEL ESTADO:
En
�sta �poca de crisis econ�mica y social,
de guerras y de debilidad del Estado,
el gobierno viv�a en permanente d�ficit
por lo cual era costumbre que vendiera
en subasta p�blica o en remates algunas
rentas, para de este modo conseguir
recursos econ�micos.
En
esta actividad del remate de rentas
de licores los manizale�os se desempe�aron
bastante bien y algunos llegaron a formar
inmensas fortunas.
Uno
de los rematadores de rentas de licores
fue Justiniano Londo�o Mej�a el cual
despu�s de haber sido arriero tuvo un
contrato para transportar el correo
nacional entre Bogot� y Medell�n y m�s
tarde, al ser favorecido con las rentas
de licores durante el gobierno de Rafael
Reyes, se dedic� a esta actividad con
notable �xito.
Para
ello cultiv� ca�a de az�car en su finca
La M�quina (La Arabia) y organiz� un
trapiche movido por una rueda hidr�ulica,
con agua tra�da del r�o Guacaica. Durante
muchos a�os destil� el guarapo para
fabricar alcohol que se vend�a a las
rentas departamentales y adem�s organiz�
la infraestructura de guardas, rentas,
estancos, estanquillos y la distribuci�n
del licor.
Otro
empresario que se enriqueci� con las
rentas de licores fue Pedro Jaramillo
el cual se form� al lado del millonario
antioque�o Pepe Sierra, un maestro en
el negocio. Don Pedro aprendi� la forma
de participar en los remates, que es
toda una ciencia, comprando rentas no
s�lo en Manizales sino en el Cauca.
Tambi�n
se destac� como rematador de rentas
Francisco Jaramillo Ochoa, ganadero
y empresario de la colonizaci�n, el
cual tuvo un verdadero olfato para los
negocios logrando sobresalir en los
remates, campo en el cual acumul� una
inmensa fortuna.
La
importancia de los remates de rentas
del Estado radica en que algunos manizale�os
lograron acumular mucho dinero en este
campo, el cual fue invertido en empresas
de los sectores cafetero, comercial
e industrial.
Tomado
de "Manizales a las Puertas del Siglo XXI"
Autores:
Albeiro Valencia Llano
Fabio
Arias G�mez
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