Aprende
Aprende la sutil diferencia que
hay entre tomar la mano de
alguien y encadenar un alma.
Aprende que el amor no
significa apoyarse en alguien
y que la compañia no significa
seguridad...
Con el tiempo...
empiezas a entender que los
besos no son contratos, ni los
regalos promesas.
Aceptas tus derrotas con la
cabeza en alto, con los ojos bien
abiertos, con la compostura
de una mujer y no con el
rostro afligido de niña
Con el tiempo...
Aprendes a construir todos tus
caminos en el hoy, porque el
terreno del mañana, es
demasiado incierto para
hacer planes.
Por lo tanto...
Siembra tu propio jardín y adorna
tu propia alma, en vez de esperar
que alguién te traiga flores.
Y así aprenderás que puedes
sobre llevarlo todo. Que en verdad
eres fuerte.
Vales mucho.... y que en cada
mañana llega un nuevo
amanecer...
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Cómo manejar el enojo
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Reflexione sobre todos los daños
que genera en su organismo un ataque de
ira sin control.
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Escriba sobre su enojo. Si puede, lleve
un diario. Investigaciones recientes han
mostrado que la gente que acostumbra escribir
sus sentimientos y ventilarlos consigo
mismos, es menos susceptible a los ataques
de ira.
Si
mantener un diario es muy difícil
para usted, entonces escríbale
una carta al objeto de su ira, asegurándose
de no entregarla.
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Haga ejercicio. La actividad física
intensa libera los químicos opiáceos
del cerebro que generan sentimientos de
bienestar.
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Coma chocolates. Increíblemente
el cacao, uno de sus componentes básicos,
también tiene efectos sobre los
opiáceos.
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Mastique vigorosamente, pero sin hacerse
daño. La fuerza que se ejerce sobre
los músculos de la mandíbula
libera la tensión de las quijadas,
en donde con frecuencia se concentra mucha
de la energía producida por el
estrés.
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Aficiónese a un pasatiempo. Una
diversión puede ser una buena solución
en momentos de rabia.
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Péguese un buen grito, o varios,
pero solo. Esto ayuda a desahogar la ira.
En cambio, no grite a otros pues esto
solo acrecienta el enojo y lo retroalimenta.
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Conózcase usted mismo y negocie
con cuidado con aquellos que le hacen
enojar: mírelos a los ojos, escúchelos,
elabore lo que dicen, y luego hable. Trate
de ser específico.
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Evite las tentaciones de insultar y despreciar.