FUTBOL
Duelo
Higuita y
Roger Milla en Italia 90 |
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Posición del portero (1)
"Nació entre los palos y sólo
servía para lo más simple
del puesto: atajar. Luego creció
en el área y servía para achicar
y ahora maduró en el campo, puede
jugar y hasta tiene posibilidades de atacar.
De la prisión del arco y los tres
palos, se fugó para experimentar
la libertad saliendo del área y poder
jugar. Así, de portero que solo atajaba,
pasó a futbolista que juega. Aprisionado
como un condenado a muerte, teniendo en
vez de celda un arco, esperando ser vencido
y recibiendo críticas y burlas, al
fugarse y salir del arco y del área
para jugar, recibió elogios y se
convirtió en ídolo. Si para
los presos fugarse es condenable, en el
portero es admirable. La libertad para jugar
y hacer goles lo engrandeció. De
burlador pasó a burlador, de criticado
pasó a ser elogiado. Antes sólo
achicaba ángulos, ahora con sus genialidades
achica contrarios.
Posición del arquero (2)
"Como los novios confianzudos que empiezan
con la mano y terminan con aquello, los
porteros empezaron saliendo de su propia
área chica y ahora defienden desde
el área grande contraria. Su casa
antes medía veinte metros, ahora
mide cien. Nació como último
pero en su posición es el primero.
Como a todos los adelantados que por su
ingenios se les llama locos, el arquero
cuando se adelanta, sale del arco y hace
uso de sus habilidades con los pies, también
se le llama loco. En cuanto a su funcionalidad,
ha cambiado mucho su posición. Una
posición que fue inventada para atajar
con las manos, ahora utiliza los pies para
jugar y convertir goles. Cambió tanto
su funcionalidad que ayer sólo tenía
obligaciones defensivas, hoy en cambio tiene
posibilidades ofensivas. Mientras utilizaba
sus manos era preso del arco, cuando aprendió
a utilizar los pies, alcanzó la libertad
para poder jugar. Los pies le dieron la
libertad que el reglamento le quitó.
Responsabilidad del arquero
"Aunque no es el culpable de las derrotas,
si es el máximo responsable de mantener
el arco invicto. Esa no es la única
pero si su mayor responsabilidad, evitar
goles con todos los recursos legales disponibles:
saltando, volando, saliendo, achicando,
chocando, tirándose, revolcándose
y hasta asustando. Con la cabeza, con los
pies, con las manos, con todo su cuerpo
y hasta con la mente, engañando al
rival haciéndole creer cosas que
no van a suceder. Sus buenas o malas actuaciones
dan origen a las alegrías de unos
y a las tristezas de otros, convirtiéndose
rápidamente en héroe o en
villano según acierte o falle. Su
equipo puede que no juegue bien, pero él
siempre tiene que tajar bien. Mientras sus
compañeros saben que tienen permiso
para fallar alguna vez, él sabe que
siempre tiene que acertar. En él,
un solo error, lo graduará de malo
aunque haya tenido un partido bueno. En
cambio, un acierto no lo graduará
de bueno si ha tenido un partido malo. El
error más común del portero,
es el menos común y es producido
casi siempre por exceso de confianza, como
sucede en los famosísimos goles llamados
bobos. En fútbol las pelotas fáciles
son las más difíciles. Vienen
suave, sin potencia, a las manos y el portero
ya piensa en la próxima jugada, se
relaja, afloja sus músculos, le tensión
desaparece y la pelota se le escapa. ¿Cuál
fue el pecado? Exceso de confianza. En fútbol
y más en el arco, la demasiada confianza
no es una virtud, es un defecto.
Otro
error común, al menos en los porteros
colombianos, es la falta de distancia, de
"timming" en las pelotas aéreas,
virtud que no se aprende en la edad adulta,
sólo en la niñez. Tal vez
el mayor error y un poco en broma, es elegir
el arco, la posición más ingrata
de cuántas haya en el fútbol,
posición en la que de niños
sólo jugaban los gordos o el dueño
del balón; de jóvenes, los
menos hábiles (los famosísimos
troncos); ya de adultos, aunque les digan
locos, parece que es de bobos, puesto que
las recompensas son pocas y las responsabilidades
muchas".
(Tomado del libro "Fútbol
y sociedad", escrito por Hugo Gallego).
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