Recorre el parque Berrío, la iglesia de La Candelaria y las esculturas de Botero acompañado de un invidente
CON OTROS OJOS. El recorrido por el centro de la ciudad cuesta menos de 100 pesos mexicanos. (Foto: Especial )Este podría ser el inicio de un tour convencional por el parque Berrío, la iglesia de La Candelaria, el parque de las esculturas de Fernando Botero y los edificios Vásquez y Carré, emblemas de la capital de Antioquia.
Lo cambia el hecho de que los guías son seis invidentes graduados en el Sena como auxiliares de operador turístico; hacen parte de la primera agencia de viajes y turismo de Medellín conformada por ciegos, que fue abierta hace una semana y aún no ha prestado su primer servicio.
La empresa, que tiene como eslogan “Ver la ciudad con otros ojos”, tiene 22 empleados: cinco con visión reducida y el resto, invidentes.
Su público, en cambio, son personas que no tienen esta discapacidad. “No estamos esperando que nadie nos dé nada, sino salir adelante con nuestro propio esfuerzo. Lo que pedimos es que nos apoyen dándonos empleo”, dice López, para quien la principal dificultad hasta el momento es la económica porque la mayoría no tiene un trabajo estable.
Cuando la agencia era apenas una idea de negocio, ganó un apoyo del programa de emprendimiento de la Alcaldía, que consistió en cinco millones de pesos como capital semilla, de los cuales ya invirtieron la mitad.
“Esperamos que la empresa crezca y comience a darnos ganancias”, dice Carolina Higuita, la presidenta.
Sus recorridos se centran en la idea “los que ven, no ven”, como lo explica López; a lo que Higuita agrega: “En cambio nosotros, los discapacitados, debemos tener puntos de referencia y una ubicación más centrada y a fondo”
Así que los tours de su catalogo están basados en los otros cuatro sentidos y en una sensibilización sobre lo que significa ser ciego.
La agencia busca mostrar que, por ejemplo, el centro de Medellín también está en el bronce -que se calienta al sol- de las esculturas de Botero, en la placa fría de la iglesia de La Candelaria o en el sonido de los loros que viven en las palmas del parque Berrío.