Las dietas sin gluten podrían pronto dejar de ser una moda y convertirse en una necesidad, advierte un estudio que revela que las proteínas del trigo pueden ser perjudiciales para todos los seres humanos.
Millones de personas siguen una dieta libre de gluten. Algunas lo hacen porque son celíacas, es decir, intolerantes a esta sustancia, pero la mayoría ha eliminado el gluten porque asegura que ayuda a perder peso y a ganar energía. De hecho, únicamente una pequeña fracción de los estadounidenses padece en realidad una enfermedad agravada por el consumo de gluten, señala un artículo del portal The Daily Beast.
Además, quienes no padecen enfermedad celíaca señalan que han notado una mejoría en su salud, asegurando que esta dieta ayuda a tratar problemas médicos como los dolores de cabeza y articulaciones, trastornos de piel, epilepsia, depresión o insomnio.
De acuerdo con la investigación, el trigo moderno es capaz de producir más de 23.000 variedades diferentes de proteínas potencialmente dañinas. Una de las proteínas que se halla en el trigo y culpable de dañar la salud es la Aglutinina de Germen de Trigo (WGA, por sus siglas en inglés), que forma parte de la categoría de las lectinas. Estas son capaces de acabar con las vellosidades en el tracto intestinal, causando, entre otros problemas, una inflamación permanente. Además, la WGA es neurotóxica y puede inhibir el funcionamiento de los nervios, lo que supone una importante preocupación para quienes sufren de enfermedades neurológicas degenerativas como Alzheimer o esclerosis múltiple.
Dado que existe una fuerte conexión entre el intestino y el cerebro a través del nervio vago, los problemas intestinales pueden afectar a su vez el estado de ánimo de las personas e incluso a su comportamiento.
La preocupación no es sólo para un pequeño segmento de la población sensible al gluten. Es un asunto que afecta a todos los seres humanos, resalta el artículo.
“Lo que convierte a la WGA en única es que puede hacer daño directo a la mayoría de los tejidos del cuerpo humano sin necesidad de que haya predisposición genética”, explicó el investigador médico Sayer Ji.
Según el experto, esto podría explicar “por qué las condiciones inflamatorias y degenerativas crónicas son endémicas en poblaciones que consumen trigo, incluso en las que no se manifiestan con frecuencia alergias o intolerancia al gluten”.