Chistes a lopaisa

Si has tenido la suerte de pasar unos días en los campos o pueblos de Antioquia en compañía de campesinos nobles y sencillos, recordaras de las rusticas salidas que mas que chistes son historias que hicieron carrera a través de los tiempos. No busques acá el chiste nuevo, el no contado… No..Esta es una pequeña colección de chistes tradicionales, facetas espontáneas nacidas del alma de nuestro pueblo… Ahí van, pues!
La vaca de doña Alicia Arango ensucio la acera al salir del ordeño y un policía viendo que pasaban las horas y la acera no se limpiaba, llamo a la señora y le dijo:

– Doña Alicia: Si no limpia la acera, voy a darle parte al señor alcalde.

– Bien pueda désela toda, mijo -Y se entro.

Llego un domingo en la mañana un campesino a un almacén del parque y pregunta por calzoncillos de teflón. El dependiente lo mira y sonriendo le explica que solo hay de algodón, que el teflón es algo que le ponen a los sartenes para que los huevos no se peguen.

– De esos… precisamente !!

-Que se necesita para ir de aquí a Medellín? – preguntaba un forastero en Yarumal cuando no había carreteras. Y la respuesta fue rápida:

– Una mula y dos culos!

Llegó un cliente a la carnicería de don Arturo Buriticá, situada en la calle comercial de Yarumal y preguntó:

– Cuanto vale esa cabeza de marrano?

– Cual cabeza de marrano? eso es un espejo!

Una señora muy gorda llega una tarde al almacén de don Miguel a preguntar por bacinillas, el empleado le muestra una grande. La señora
la mira detenidamente y pregunta:

-No tiene más grande? Es que está muy chiquita.

-Chiquita?…- Respondió don Miguel – Si me la llena de una sentada, se la regalo!

Un paisa para exagerar lo pequeña de una finca, decía:
… Con decile que me orino en la mita y salpico los cuatro alambraos!

Curioso decreto de uno de los primeros alcaldes de Yarumal, expedido en tiempos de cuaresma por allá en 1789, manuscrito encontrado ya raído y casi desecho en manos de un coleccionista particular.

“El alcalde de San Luis de Góngora (Así se llamaba en ese entonces) en uso de sus facultades legales, decreta:

1o.- Queda terminantemente prohibido tomar trago en semana Santa. Al que sea píllao amanecerá en la cárcel y pa mas verriondera no se le dejará entrar la ruana pa que aguante frío y de pica dormirá en el suelo.

2o.- Prohibido también pellizcar a las muchas en la procesión, tampoco se podrá llevar a la novia de gancho ni tomasen las manos con disimulo.

3o.- Autorícese al padre Arroyave pa que apunte a todo el que no de limosna, a esos perecidos se les impondrá tres horas de trabajo pa que aprendan.

4o.- Por falta de presupuesto, los vergajos que entren a partir de hoy a la guandoca, el desayuno será sin arepa. Publíquese y cúmplase.”

Un mister que vino hace muchos años a estas montañas de Antioquia y que recorrió a lomo de mula buena parte del departamento, decía:

– Oh, los apellidos mas comunes en Antióquia ser Jaramillo y Estanquillo.

Hay mucha gente que se parece al bobo de este cuento. Era un bobo muy tímido y se la pasaba parado en la puerta de la calle, esperando que pasara una muchacha que le gustaba mucho. Y el bobo la miraba… y la miraba, pero no le decía nada. Todas las noches hacía firme propósito de hablarle, pero al verla pasar, enmudecía.

– Un día se paró en la acera, resuelto a todo. La esperó. Y apenas ella llegó, le dijo:

– Adiós…, belleza!

Y en seguida, sin poderse contener, salió corriendo para el solar, se colgó a mecerse de una rama de un árbol, y exclamaba:

– Hoy sí que amanecí bien perro!

Llegó un tipo muy cacheti-hundido a hacerse afeitar a la peluquería
del don Roberto Zuluaga. El peluquero lo sentó en la silla, le puso la sábana y le entregó un ojo de venado para que se lo metiera en la boca, para poderlo afeitar.

Ya estaba afeitado un lado y entonces el barbero le dijo que se pasara el ojo de venado para el otro lado.
De repente el tipo abre tamaños ojos.

– Que la pasó, hombre! – Preguntó sorprendido el peluquero

– Me tragué la pepa! Se me fue!

– Eso no vale la pena hombre. Muchos se la han tragada y al otro día me la traen…

Unas misioneras de alguna religión que reclutaban fieles una tarde en el pueblo:

– Usted si nos va ha servir de testigo de Jehová – Le propusieron a un
paisa que dormitaba en una banca en el parque

– Ja… Ni siquiera vi el accidente!

Un paisa varado puso una función en un pueblo cercano: “Los patos bailarines”. A cien pesos la entrada.

Cuatro paticos, parados en una lata, bailaban al compás de un tiplecito.

todo iba bien y el negocio daba plata, hasta que el alcalde se dio cuenta de que, para que los patos bailaran, el paisa calentaba sin compasión la lata por debajo con una lámpara de alcohol.

A doña María Dolores Posada, (Lola) esposa del muy finado don Manuel Echeverri de Yarumal, tuvo una vez que levantarse tarde de la noche a abrirle la puerta a su esposo que regresaba como siempre tardecito. Al pasar por el espejo que estaba en la sala, se miró lo desorganizada que estaba y se dijo:

-Con razón Manuel llega tan tarde!

Llegó un día don Manuel con un dolor de cabeza que casi ni podía ver y le pregunta:

– Ve, lola: Tenes algo pa la cabeza….?

_ El sombreo gris que esta en el escaparate te queda bien..!!

Una vez le mandó decir al padre Darío Castrillón (hoy cardenal) que si le podía prestar un librito, como una vida de santos o algo así, para leer en los raticos que le quedaban.

– Vea mijo – contesto el cura -. Dígale a su mamá que yo no presto libros, porque no me los devuelven, pero que cuando quiera leer que bien pueda venir aquí.

Pasó el tiempo. Un día el obispo Buíles de Santa Rosa anunció visita y el cura andaba a las carreras de arreglar todo. Y le mandó razón a doña Lola, que le prestara la escoba.

– Vea mijita: dígale al padre que yo no presto las escobas porque no me las devuelven; pero que cuando quiera barrer, que bien pueda venir a barrer aquí.

En cierta ocasión doña María Dolores olvidó recoger la basura de la acera que dejo amontonada y llega un policía a su casa y le informa:

_Doña Lola: le manda decir el señor alcalde que si no recoge la basura le saca una multa.

_Pues dígale que me la saque y así aprendo el sacadero.

Se encontró un día doña Maria Dolores con una amiga bogotanizada. Esta le dice que estaba dedicada al estudio en Bogota.

– Y que estas aprendiendo, querida ?

– Sociología, sicología y filosofía.

– Ve, querida: A vos que estas recién casada, te sirve más la cocinología, la remendología y la mercadología.

También se cuenta de doña María Dolores, que una vez llegaron a su casa unas amigas a hacerle visita y entre charla y charla le preguntaron:

– Ve, Lola. A vos no te da desconfianza dejar a Manuel que charle con esas muchachas en el parque? No te da pensión que de pronto se le abra el apetito?

– Queliase que se le abra el apetito en la calle, con tal de que venga a comer a la casa.

Alguien comenta que cuando inauguraron el Teatro Coliseo en Yarumal, el estreno fue un documental del Ferrocarril de Antioquia. Estaba el teatro lleno y en el momento en que mostraban un tren viajando de Medellín a Puerto Berrío, el proyector sufrió un falla y la sala quedó completamente a oscuras. El público comenzó a silbar y a protestar y el operador sin saber que hacer moviendo botones y palancas asomó la cabeza por la ventana y grito:

– Un momento que esta pasando el túnel !

Pelón, personaje típico de Yarumal en otros años y conocido por sus exageraciones, estaba un día frente al café Rialto escuchando disertar a un estudiante sobre el poder destructivo de las armas nucleares sobre Japón. Cuando el sabio terminó su exposición, Pelón, comentó: “Cómo le parece!… Que tal si le cae a uno en un ojo”

Pocos días después, necesitó explicar el destrozo que haría una cosa y atinó a decir:

– Vea mijo, es como si le cayera una bomba atómica a un quesito fresco!

Cuentan que una campesina del norte de Antioquia, joven y buena moza ella, se casó con un viejito platudón él. A la mañana siguiente después de la boda se despertó muy temprano y de mal genio.

– Pedro! – Le llamó – Tráeme un tinto….o tampoco podes!

Un paisa viajando de Medellín a Puerto Berrío en una pequeña aeronave:
– Si este avión se cae nos jodimos, planea mas una escupa!

Sostienen que cierta vez don Jesús Echeverri, conocido comerciante de Yarumal tuvo que ir a Medellín a visitar a su hermano convaleciente y que un domingo salieron a conocer animales al zoológico, don Jesús aprovechó y tomo unas fotos a su hermano con el chimpancé Agripina, simio muy conocido en el zoológico en esa época. De regreso al pueblo mostraba orgulloso las fotos.

– Y este es el hermano mío… el de gafas!

Don Argemiro Fernández, comerciante de granos y con fama de ser tacaño, casado en segundas nupcias viajó en su luna de miel a Cartagena. Alquiló un cuarto en un hotel con hermosa vista a la playa y se divirtió mucho, pero al día siguiente alguien le comentó lo que valía el alojamiento, y sentenció.

– Nuuu, Ave María! Esta noche duermo en la playa con vista al hotel.

Recuerdan que una vez don Gonzalo Arango, ilustre educador y profesor de natación en Yarumal, estaba una vez leyendo en la sala de la casa, cuando llego su mujer y le pregunta:

_ Ve, Gonzalo: Porque echastes al niño de doña Rosa del curso de natación?

_Porque se orinaba en la piscina – Respondió pausadamente.

_ Eave María, pues todos los niños se orinan en la piscina, hasta los grandes.

_ Si mija, pero este lo hacía desde el trampolín!

En una ocasión un sacerdote en Yarumal prohibió leer cierto periódico liberal, bajo pena de pecado grave. Y una señora le decía a su esposo, viéndolo leer en las noches el diario prohibido:

– Pa qué leés eso, ole vos, habiendo pecaos tan buenos!

Don Omar Calle de Yarumal, fue famoso en su tierra por lo agudo de sus exageraciones. Suyas fueron entre otras las siguientes:

“Cualquier iglesia de Medellín es un gueco comparada con la de Yarumal”

Durante una época estuvo trabajando en el acueducto de Yarumal y, refiriéndose al agua decía: “El microbio mas chiquito, tira carro: pero esa agua bien filtrada, hervida y pasada por rayos ultravioleta, es muy buena pa bañar caballos.

Un día alguien se le quejaba de que el agua estaba muy turbia.
– Turbia no es palabra! – respondió- Si se toma un vaso de agua caga una teja!

Para ponderar lo pequeño y mal surtido de cierto almacén de Yarumal, dijo: “Se le hace el inventario por el ojo de la chapa y a la luz de un relámpago.

Una vez escribiéndole a un hermano le contaba lo enfermo que estaba:
“Te cuento que se me a declarado una diabetes tan grande que parezco con un trapiche en la vejiga; con decite que cuando orino las hormigas se me suben por el chorro.”

Le comentó un día un forastero en Yarumal: Usted como que es muy conocido por aquí, no don Omar?
– Por aquí y por todas partes. -Respondió – No le digo sino que un día en Roma invité a su Santidad a pasiar por la plaza y la gente se preguntaba: Quién será ese curita de blanco que va con Omar.

Cierto día estaba en las afueras del pueblo cortando leña a un lado del camino y se encontraba de mal humor, en eso llegó un forastero a caballo.

– Buenos días vecino! – saludó cordialmente el forastero.
-Vive usted por aquí? -preguntó sin mirarlo
-No!
-Entonces no es mi vecino.
-A donde va este camino? -Insistió el forastero sin molestarse.
-No lo se, siempre ha estado ahí.

Estuvo una vez trabajando en las minas de Samaná, buscando el preciado oro, cuando de pronto de un martillazo ve brillar dos grandes trozos del metal y tomándolo en las manos se arrodilló y alzando la vista al cielo, exclamó:
-Dios mío, si esto es para la perdición de mi alma, que se cumpla tu voluntad

!Alguien recuerda que cuando era niño y aun iba a la escuela, cierto día en clase el profesor le preguntó a boca de jarro: Rápido… rápido, Omar: cinco animales que habiten en el polo norte. Y la respuesta fue mas rápida:
-Dos osos blancos y tres pingüinos!!

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