Fotografía: Cortesía Fundación Museo del Transporte de Antioquia.
Retornar a tiempos del tranvía parece ser una locura pues ya no forma parte de la realidad de Medellín. Hoy, mientras unos esperan la construcción de nuevas líneas de transporte, otros cuantos se preocupan por dar vida al único vagón original que queda.
Al parecer, la existencia del tranvía de Medellín sólo quedó en la memoria de unos pocos ciudadanos. Su reemplazo por una flota de buses que respondían a las necesidades de movilidad de la mitad del siglo XX, significó la salida forzosa de un sistema que permaneció activo en la ciudad por tres décadas.
En principio se creyó que sus vagones, además de ser vendidos a la ciudad de Pereira, fueron chatarrizados y entregados para urbanizar un sector del barrio Granizales, dejando por fuera de la memoria de la ciudad al que fue motor de desarrollo urbano.
No obstante, nadie contó con que en La Tablaza, vereda del municipio de La Estrella, Antioquia, permanecía resguardado uno de los vagones. Por largo tiempo se rumoró sobre el tema, pero hasta hace poco se confirmó que, hace 64 años, uno de los miembros de las Empresas Públicas, operador del tranvía hasta 1953, lo compró para conservarlo como tesoro histórico.
Desde entonces estuvo allí pasando de propietario en propietario de la finca, hasta que, en 1969, doña Martha Medina y su esposo la compraron con vagón incluido. Quizá, no tenían completa noción del significado histórico del objeto, pero aún así lo preservaron como pudieron hasta el 2012, año en que todo cambiaría por completo.
La labor de recuperación
En la Fundación Museo del Transporte de Antioquia no sólo se organiza el desfile de autos clásicos y antiguos que sale en la Feria de las Flores. También se buscan alternativas para recuperar la memoria del transporte del departamento y una de las estrategias son las tertulias realizadas en su sede del Museo El Castillo.
Mientras discutían en una de las reuniones, uno de los miembros afirmó que de joven montaba en bicicleta por los lados de La Tablaza y allí había un tranvía. Ante el escepticismo de la mayoría, Flavio Escobar, integrante de la Junta Directiva, se ofreció para corroborar lo dicho.
Después de varios intentos preguntando en el sector, un transeúnte de la zona confirmó las sospechas: el tranvía de Medellín estaba en manos de doña Martha Medina. Decidido a recuperarlo, Flavio habló con la señora en varias oportunidades, pero lo único que recibió por respuesta era que no podía “descompletar” la finca.
“Flavio es muy insistente y cada vez que pasaba por allá, hablaba con ella. Le decía que viera que era el único tranvía existente y que pertenecíamos a la Fundación. Le decía también que no era para negocio, sino para regalárselo a la ciudad. Mejor dicho, echó cuento hasta que, en julio de este año, la señora accedió a venderlo”, narra Luis Alberto Moreno, Director de la Fundación Museo del Transporte de Antioquia.
¡Sorpresa para Medellín!
Para nadie es secreto que la ciudad se paraliza con el Desfile de Autos Clásicos y Antiguos. La belleza de los carros participantes no tiene precedentes y, por ende, el desfile se planea año tras año para congregar a la familia en torno al recuerdo.
Sin embargo, el 2012 marcó el recorrido con un elemento especial. Se trataba del tranvía que, ante la mirada estupefacta de los asistentes, volvía a las calles de Medellín después de 64 años de estar resguardado.
Nadie supo de dónde provino, ni cómo lo recuperaron, sólo la Fundación Museo del Transporte supo padecer, disfrutar y compartir la alegría de tenerlo de vuelta.
“Después de la negociación vino lo complicado: sacarlo de allá; porque cuando lo metieron eran mangas, pero después de eso le construyeron un cobertizo, una piscina al frente, un garaje doble. Entonces, nos tocó conseguir una pluma grúa larguísima, la metimos allá y lo levantaron altísimo; dio la vuelta completa y lo descargaron en un tráiler para traerlo”, afirma Luis Alberto entre sonrisas mientras que Humberto Tamayo, encargado de la restauración, agrega que al ver “cuando lo iban a bajar, pensé que se iba a desbaratar. Eso estaba como un bizcocho de novia”.
La odisea para sacarlo de la finca no fue impedimento para incluirlo en el Desfile. No podía desaprovecharse la oportunidad para comunicarle a Medellín sobre la próxima restauración el antiguo vagón de tranvía.
‘Humber’, como le dicen de cariño sus allegados, es un hombre de mil historias. En su experiencia no sólo está la restauración de vehículos, sino también la construcción de un carro de bomberos elogiado por todos durante el Desfile de Autos Clásicos.
“5 meses me demoré consiguiendo herramientas y 5 meses más haciendo el carro. Al principio me dijeron que estaba loco, que qué iba a ser capaz de hacer eso. Pero al final, me salieron con que yo era el único que podría hacer un carro de bomberos”, cuenta mientras que Luis Alberto le responde que al final del evento le dijeron “te tenemos una mala noticia. Te tocó restaurar un tranvía”.
El tranvía, por obvias razones, no estaba en muy buen estado a pesar de que sus antiguos propietarios habían intentado hacerle algunos arreglos. En opinión de ambos, por fortuna se sostuvo con ‘remienditos’ hasta que la Fundación llegó a hacerse cargo de él.
El proceso está en mitad de camino, pues hay muchas partes del vagón que deben reemplazarse. La idea no es cambiarlo, sino hacer una copia exactamente igual teniendo en cuenta la estructura que quedó.
Esta decisión se tomó después de conocerse que muchas de sus partes estaban podridas y había piezas imposibles de mantener, por lo que Humberto, en compañía de su equipo de trabajo, adecúa cuidadosamente cada elemento.
Para esta labor, esperan demorarse aproximadamente otros dos meses, momento en el cual el tranvía pasará por una valoración exhaustiva de manos de la Fundación Museo del Transporte para saber si está listo para entregárselo a la ciudad.
Mientras continúa el proceso se evaluarán las diferentes posibilidades de ubicación y finalidad del vagón. Lo que sí es seguro es que, después de presentárselo de nuevo a Medellín, el tranvía reposará en las instalaciones de la Fundación en el Museo El Castillo.