De Juan Jose Botero
Zambita más guapa
no pisa esta tierra,
que Eulalia la hija
de la cocinera.
Es una muchacha
gordita y morena,
que canta, que ríe,
que baila, que juega….
Y anda tan mimada
en la casa, ella,
que se cree señora
de vidas y haciendas.
Tiene un baulito
que le dio la abuela
y en él guarda cosas
que a nadie le muestra.
Como es a hurtadillas
que lo abre y lo cierra,
cada vez que lo hace
con mucha cautela,
atisba la niña
que nadie la vea,
y esconde la llave
detrás de una piedra.
Yo que maliciaba
de la astucia aquella,
una vez metime
detrás de la puerta
y aquel su secreto
quedó de mi cuenta.
Ay! Dios me perdone
la falta con ella!
Que cuando la niña
cantando unas vueltas,
camino del pozo,
salió por la huerta,
temblando de miedo
por aquella ofensa,
dejé el escondite
me llegué a la piedra,
saquéme la llave,
abri a la ligera
y vi lo que guarda
la niña morena
en el baulito
que le dio la abuela.
¿Quieren que les diga
cuáles son las prendas
que oculta ? Pues oigan,
y mucha reserva:
Una cruz de plata
que al cuello se cuelga,
y le luce tanto
por ser tan morena.
Unos pañuelitos
con flores y letras,
un anillo, un peine,
un frasco de esencias.
Un lazo precioso
de cintas de seda,
un par de zarcillos
en forma de almendras,
de una rosa blanca
las hojitas secas.
Un espejo roto
como que dijera:
«En m media luna
mírate, morena»
Y en una de lata
cajita pequeña,
atada con hilos
color de violeta,
lo más bien doblada
y oliendo a reseda,
una carta ¡ah picara!
Bien supe tu treta,
por algo era Que
con tánta cautela
guardabas la llave
debajo la piedra.
Y quien la conoce ! Si ustedes la vieran
que duerme al rincón
y juega a muñecas.
Yo, que vi la carta,
y recuerdo de ella,
voy a dar la copia
al pie de la letra :
Señorita Ularia,
mi cerida nergra,
con cuánto to gusto
tomo la pulma en la
mano pa desite
que la mía es buena
adios las garcias
y que al recidbo esta
tin cuentres gozando
de cabal usensia,
como mo mi figno
amor lo deseda
Esta pa desite
mi cerida prrenda
que ll0 lla si toy
po la cosa aquella,
qui unamos los bincolos
di amor po liglesia
recebir del santo
martimonio esta
bendisión nusial
que tanto deseda
P. J., que vive
pensando en su eisetera,
que yo ya si aseto,
que si tud asetas
Ularia por dios
te juro por esta t
que sois la mujer
que teneís mas juerza
di imán pa atraer
y qui asta que muera
y vagie a la tumba
ti amaré contesta
disijo persisa-
mente….» (aquí la letra
casi no se entiende
por lo patiabierta….)
Terminando luégo
con un !ay! de a leguas,
un corazoncito
que parte una techa
y estas dos que copio
sentidas endechas :
«Ularia, dije, se perdió en el aidre
tan duse nombre, dolatradamente
y en un asul di un ancho firmemente
Ularia vide un angel escrebir».
«Boca de rosa mapola,
ojos deurora selestre,
tú sois única mujer
qui ama mi alma en el mundo este»
La firma no pude
saber de quién era:
por clara la tinta
por la mala letra….Y en fin, por el miedo
de que a11i me vieran….
Y asi a toda prisa
la carta dobléla,
metila en la caja,
la caja cerréla,
volviendo la llave
debajo la piedra….
Yo, que sé. guardar
en todo reserva,
suplico el secreto
me guarden con ella,
porque si lo sabe,
Virgen de la Cueva! Cuál seria la bulla!
¡Huy la gazapera
que armara conmigo
la niña morena!
la niña morena!