Historia de superación: la falta de un brazo no le impide jugar en primera

Santiago Arroyave tiene 18 años y juega en las inferiores de Leones, de la primera división de Colombia.clarin.com/ Nació con una malformación pero su perseverancia lo llevó a estar a punto de convertirse en futbolista profesional. Santiago Arroyave tiene 18 años y juega en las inferiores de Leones, de la primera división de Colombia

 Santiago Arroyave nació el 8 de julio de 1999. La anestesia que le aplicaron a su mamá en una operación durante su embarazo afectó el desarrollo de su cuerpo y por eso llegó al mundo con focomelia. Esta enfermedad, que consiste en la ausencia de elementos óseos y musculares en los miembros superiores o inferiores, provocó que tuviera que adaptarse a una vida sin su brazo izquierdo y con menos huesos y sólo tres dedos en el derecho. Pero esto no logró frenarlo y está a punto de debutar como futbolista profesional.

“Para mí, el fútbol se juega con los pies y la mente, no se necesita nada más, las manos, los brazos, son un complemento simplemente”, cuenta convencido este colombiano del municipio de Bello, a 11 kilómetros de Medellín y a 22 de Itagüi, donde viaja cada día para ir a entrenar con el plantel profesional de Leones, esperando su oportunidad de saltar a la cancha.

Santiago Arroyave tiene 18 años y está a punto de debutar en el club Leones de Itagüi de Colombia.

Llegó al club hace cuatro años, tras un largo recorrido que empezó a los seis en una escuela de fútbol de su barrio. Antes había probado con la natación, pero lo suyo era el fútbol. A los 14, cuando se destacaba en el equipo Bello Star, un directivo de Leones lo vio y decidió darle una oportunidad. Su pegada y precisión con la pelota le permitieron ascender hasta tener la chance de entrenar con el primer equipo y soñar con que el DT Juan Carlos Álvarez lo mande a la cancha en algún partido.

Nació con focomelia, una enfermedad que consiste en la ausencia de elementos óseos y musculares en los miembros superiores o inferiores.

Tiene sólo 18 años pero las cosas para él son muy claras: “Yo no me siento menos que nadie, tengo claro que las limitaciones son mentales y para esto hay que tener mucha personalidad. Desde pequeño siempre me sentí igual que todos y me he mentalizado a que puedo hacer cosas que los otros pueden hacer”.

En las redes cuenta su historia de lucha y atrapa a miles de seguidores.

A pesar de su fuerza, Santiago como todo futbolista también vive tristezas, como la lesión que lo tuvo alejado de las canchas y los entrenamientos durante cinco semanas. Resiliente, el joven aprovechó el parate deportivo para contar su historia en las redes sociales y así se convirtió en una figura en imparable crecimiento también en los medios.

Tiene 85 mil seguidores en Instagram y miles de visitas en su canal en YouTube. Su historia ya recorre el mundo, las marcas comienzan a tentarlo para acompañar su nombre y hace algunas semanas fue invitado a participar de un gran evento solidario en su país. Allí, James Rodríguez, la gran estrella del fútbol colombiano, le regaló su camiseta.

Santiago Arroyave

“Me gusta hacer grabaciones para demostrarle a la gente que si yo puedo lograr cosas, todos podemos, pero tienen que asumir una actitud positiva”, asegura.

“Me gusta hacer grabaciones para demostrarle a la gente que si yo puedo lograr cosas, todos podemos, pero tienen que asumir una actitud positiva. Por eso los invito a que se levanten con ganas de hacer realidad lo que quieren; mi mamá me enseñó a ser valiente, siempre me ha dado mucho amor, nunca me he sentido rechazado”.

Esta tarde su equipo enfrenta al Once Caldas y Santiago estará frente a la tele soñando con el día en que le toque a él salir a la cancha para demostrar que su discapacidad no le impide cumplir su sueño.