PARA LOS QUE NO HAN VENIDO A MEDELLIN…!


Si DIOS sacara vacaciones, y está en mora de hacerlo, las pasaría en Medellín. Vendría con toda su corte y las once mil vírgenes no correrían peligro. En Medellín, la amabilidad es un deicio, la hospitalidad una religión, el buen humor un vicio.
Medellín es un pañuelo de amor.

No es la sucursal del cielo, es el cielo.  Es tan amañadora La Bella Villa que por ley, todo Colombiano debería ser obligado a visitarla siquiera una vez al año y eso es poco. Hay que venir a Medellín, no solo a llenarse de paisajes sino a llenarse de ideas.  En Antioquia hay tres o cuatro ideas nuevas por paisa cuadrado.  En Medellín se le da de comer al ojo viendo mujeres bellas.

Todas la paisas son pispas, y las feas, mínimo son amañadoras.  La paisa es firme, amorosa, tierna, romántica, fiel, celosa, camelladora, brava y rezandera.  Por todo eso, ellas tienen la culpa de que las persigan tanto.

En Medellín, usted pregunta por una dirección, se la dan y fuera de eso lo invitan a almorzar.  Un aguardiente estampillado o un tapetusa no se le niega a nadie.  Si le quiere arrancar al tute, a los dados, al dominó, al póker, a la 31 o al zanahorio parqués, no busque más:  en Antioquia le calman esa angustia que todos llevamos dentro.

El clima se quedó en primavera.  El sol calienta sin incomodar y cuando se emberrionda Max Enríquez Celestial, le merma volumen al mono “Jaramillo” (Jaramillo es el sol). No le quepa duda, los antioqueños nos volvemos sectarios cuando hablamos de Medellín y no se atortole, se puede hablar de Medellín sin meterle narcocharla al asunto.
Haga algo por su biografía pues!:  VENGA A MEDELLÍN ! 

Con cariño para “El Sitio Paisa” Nora Esther Rios Medellin