Por Oscar Dominguez “Envejecer no es deteriorarse”. Lo dijo un viejito chévere, Gonzalo Canal Ramírez, en el libro-biblia que lleva ese nombre. Siento que envejecer es cambiar de médicos, amistades, aficiones, intereses, atardeceres, libros. Es aprender no solo a perdonar, sino a olvidar, que es más sanador.
Seguir leyendo >>Categoría: Óscar Domínguez G
YO, LA EMPANADA
Por Oscar Dominguez No me pregunten el porqué, pero como empanada de iglesia siempre la he ido muy bien con la teología y con el erotismo. Por esta razón: en la construcción de toda iglesia y en el génesis de muchos noviazgos se mece altanero el acompañamiento gastronómico de una
Seguir leyendo >>EL HOMBRE QUE PARECÍA UN DOMINGO
Por Oscar Domininguez El séptimo día Dios inventó el fútbol. Después pondría a Caliche en Aranjuez, en Medellín. Un barrio se parece a su fútbol y Aranjuez tuvo un tiempo que tenía la cara de mi amigo.
Seguir leyendo >>Envigado para legos
Por Oscar Dominguez Según el historiador Manuel Uribe Ángel, la ciudad debe su nombre a las famosas vigas “que presentaban los más largos y finos toncos” utilizados en la construcción de los edificios. ¿A quiénes les hablaba al oído José Félix de Restrepo? Abróchense el cinturón de seguridad: a Bolívar
Seguir leyendo >>Los bares (como El Jordán) también resucitan
Por Oscar Dominguez La noticia no pudo ser peor para los rumberos paisas que peinamos canas: El viejo bar El Jordán, de Robledo, en Medellín, se hundió con las luces encendidas, tiró la toalla, la nostalgia, su música, todo. Había fatiga de metal en sus paredes.
Seguir leyendo >>LA HERMANDAD DE LA MAGIA
Fray Augusto Todo tiene su tiempo bajo el sol, dice el Eclesiastés. El mismo Salomón sacó tiempo para escribir ese libro. El sol suele tomarse su tiempo para volverse noche. Nadie se muere la víspera.
Seguir leyendo >>Bus urbano
Por Oscar Dominguez Falso que el pasaje en bus valga mil setecientos pesitos. Hace tiempos subió. Mínimo, el pasaje cuesta dos mil. Depende de la capacidad de asombro y de solidaridad del pasajero.
Seguir leyendo >>PORNÓGRAFOS ANÓNIMOS
Por Oscar Dominguez Se arrimaban a la taquilla del teatro que presentaba cine porno con caminado ajeno para que no los reconocieran. Entraban rápido, casi de perfil.
Seguir leyendo >>Gracias por el hígado
Por Óscar Domínguez G. En materia de órganos, estamos nivelados por lo alto: El estresado Bill Gates y el mendigo relajado que pasa el sombrero a la salida de misa, tienen la misma cantidad de dedos y un solo corazón; su majestad el hígado y la silla turca están ubicados
Seguir leyendo >>BREVE MEMORIA DEL LIMÓN
Fray Augusto Cuando Dios no viene manda al muchachito… o el limón para curar toda suerte de achaques. Más que un alimento es un medicamento. El “citrus limon”, su alias en latín, sabe más que la Compañía de Jesús y la CIA juntos.
Seguir leyendo >>Los bares también resucitan
Fray Augusto La noticia no puede ser peor para los rumberos paisas que peinamos canas: El viejo bar El Jordán, de Robledo, se hunde con las luces encendidas, tira la toalla. Hay fatiga de metal en su hoja de vida romántico-etílica.
Seguir leyendo >>El ajedrez, religión del silencio
Fray Augusto El ajedrez, como el mar, solo nos muestra el agua de encima. En el juego de los trebejos, la procesión de belleza y controversia va por dentro. Para muchos, el ajedrez se convierte en esa mujer fatal que nos acompaña en los sueños y en los insomnios. Durmiendo soñamos
Seguir leyendo >>La logia de los crucigramistas
Por Óscar Domínguez G. Resolver crucigramas es tan atractivo como aclarar un crimen perfecto. Los crucigramas tienen mucho de novelas de detectives. O de misterio. Para solucionarlos ayuda clonar las habilidades de Hércules Poirot, Sherlock Holmes, Hitchcock.
Seguir leyendo >>Mujeres de viento
Por Fray Augusto La aldea global enloquece periódicamente con toda clase de desfiles en los que los mandamases de la moda deciden los chiros que habrá qué usar para que usted señora, usted señor, no esté más atrás que la semana pasada en asuntos de moda.
Seguir leyendo >>Casas de inquilinato
En el prontuario de millares de personas en la aldea global que hemos tenido que salir de nuestras casas en busca de un espacio bajo cualquier sol laboral, hay frías casas de inquilinato. En ellas empezamos a vivir el que llamaré genéricamente sueño americano, siempre adobado con inevitables y enriquecedoras
Seguir leyendo >>